Cumpleaños con aroma juvenil en tiempos de coronavirus

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Por Orlando Fombellida Claro | 4 abril, 2020 |
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FOTO/ujc.cu/es

Cada 4 de abril tiene en Cuba la sana alegría de los niños y la lozanía de la mocedad, porque es el día de los cumpleaños de la Organización de Pioneros José Martí (OPJM) y de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC).

En esta ocasión la OPJM –sucesora de la Unión de Pioneros de Cuba- arriba a 59 años de edad, y la UJC, de cuyos momentos fundacionales trata este trabajo periodístico, a 58.

A mediados de 1959, año estrenado en la Mayor de las Antillas con el triunfo de las fuerzas revolucionarias encabezadas por Fidel Castro Ruz, se crea la Asociación de Jóvenes Rebeldes (AJR), que aglutinó a varias organizaciones juveniles entonces existentes en Cuba.

Su presidente fue el más joven de los comandantes de la lucha guerrillera contra la tiranía de Fulgencio Batista: Joel Iglesias Leyva, quien tenía solo 18 años.

Joel Iglesias Leyva, combatiente de la Sierra Maestra, quien con apenas 14 años de edad participó en numerosos combates en los que resultó herido en varias ocasiones y  al triunfo de la Revolución ostentaba el grado de Comandante,  fue el primer presidente de la Asociación de Jóvenes Rebeldes, antecedente de la Unión de Jóvenes Comunistas FOTO/EcuRed.

Aquella primera etapa de la organización estuvo signada por pruebas difíciles: sus miembros debían escalar cinco veces el Pico Turquino, la mayor elevación de la isla caribeña, con 1974 metros de altura sobre el nivel del mar; muchos de ellos participaron en la lucha contra los bandidos alentados y abastecidos por Estados Unidos, y en la masiva campaña de alfabetización protagonizada por jóvenes y adolescentes.

Del 30 de marzo al 4 de abril de 1962 la AJR celebra su primer congreso y en la última fecha señalada, a propuesta de los delegados, cambia su nombre por el de Unión de Jóvenes Comunistas.

En el tiempo transcurrido desde entonces, en ella han militado miles y miles de los mejores jóvenes cubanos, quienes ocuparon puestos en las primera líneas de defensa de su país y de naciones hermanas como Angola; en la producción, la docencia, los servicios, la ciencia y la técnica.

En esta ocasión ni los niños ni los jóvenes cubanos podrán festejar el cumpleaños de sus respectivas organizaciones con actividades culturales y recreativas como en ocasiones anteriores, porque un peligroso, invisible y diminuto enemigo de la salud, el SARS-CoV-2 causante de la peligrosa enfermedad respiratoria Covid-19, se lo impide.

Los pequeños lo harán en sus casas, quizás con un aplauso como el tributado al personal de la salud a las 9.00 de la noche, y los jóvenes que no tengan obligación de salir, también, pero otros, que son estudiantes de medicina o enfermería, médicos, enfermeras o trabajadores de sectores vitales de la economía o los servicios, brindarán con el puño cerrado en alto.

Cincuenta y ocho años después de su nacimiento, la UJC tiene la experiencia acumulada en ese lapso, pero mantiene la vitalidad y frescura de la juventud, propia de sus miles de militantes actuales, encargados de hacer realidad el objetivo de la organización, que es la formación integral y multifacético de las nuevas generaciones de cubanos.

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