Danza Contemporánea de Cuba reafirma su carácter en aniversario 57

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Por Prensa Latina (PL) | 28 septiembre, 2016 |
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La Habana, – Danza Contemporánea de Cuba (DCC) celebrará el aniversario 57 de su fundación con dos programas concierto integrados por las principales piezas de su actual repertorio activo, confirmó hoy la institución.
La sala García Lorca del Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso será el escenario del festejo cuyo primer espectáculo, los próximos días 30 de septiembre, 1 y 2 de octubre, incluyen obras de tres coreógrafos cubanos: El Cristal, de Julio César Iglesias; Cenit, de Laura Domingo; y Matria etnocentra, de George Céspedes.

Mientras el 7, 8 y 9 de octubre, se exhibirán Reversible, de la creadora belga-colombiana Annabelle López Ochoa; Tangos cubanos, del escocés Billie Cowie; y Mambo 3XXI, otro éxito del cubano Céspedes, quien fuera ganador del Premio Iberoamericano de Coreografía 2002.

Por una versión de este creador sobre Carmina Burana, DCC recibió en 2009 el Premio Luna en México.

Un año después, la pieza por encargo Mambo 3XXI, del propio Céspedes, obtuvo nominaciones a los tres principales galardones del Reino Unido para danza: el TMA (Theatre Award), el Laurence Olivier y el Premio del Círculo Nacional de Críticos de Danza.

Cuando DCC estrenó El Cristal, de Iglesias, en 2014, el público sucumbió ante las demandas técnicas y teatrales, la ironía y el carácter lúdico, el entramado de metáforas que conectan épocas, sentimientos y tensiones.

Por su parte, Tangos cubanos tiene poco de tangos y de cubanos, apunta más a lo universal y cae por entero en lo sublime pues Cowie encontró una fórmula demasiado buena, demasiado intensa para confundir los sentidos con palabras, artes plásticas, danza y música propia.

Reversible explota la sensualidad y plantea un interesante debate sobre lo femenino y lo masculino, apoyado por un sobrio diseño de vestuario y una oportuna iluminación que sin dudas moldea el discurso.

Poco antes de su estreno mundial en 2015, la coreógrafa belga-colombiana López Ochoa en declaraciones a Prensa Latina dejó clara su tesis de que el alma no tiene género, y justo esa creencia marca la obra, abierta a infinidad de interpretaciones.

En 57 años de vida artística, DCC ha demostrado ser más que una suma de bailarines al servicio de un lenguaje universal.

Bajo la dirección de Miguel Iglesias, el conjunto ha ampliado su proyección internacional y posibilidades expresivas al trabajar con otros renombrados coreógrafos extranjeros como Jan Linkens, Kenneth Kuanstrom, Luca Bruni, Rafael Bonachela y Mats Ek, entre varios.

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