Efraín Enrique Escobar Cedeño, de 46 años de edad, residente en San Pablo de Yao, en el municipio granmense de Buey Arriba, es un carpintero singular.

Dice que muchos pensaron que para él todo había terminado, cuando hace 18 años perdió cuatro dedos de su mano derecha en un accidente, confeccionando cajas para el acopio de productos agrícolas.

“Se equivocaron, fue un momento duro y doloroso, pero tuve la fuerza de voluntad para sobreponerme y realizar en carpintería en blanco cualquier tipo de trabajo por difícil que sea.

¨Con frecuencia me envían saludos de los más diversos lugares, como reconocimiento a mi labor  voluntaria, en varias oportunidades, en la construcción de obras sociales¨. Efraín llegó a hacer 21 puertas, 48 marcos y 10 ventanas sin cobrar un centavo.

Al referirse al taller montado con recursos propios, en la parte trasera de la vivienda, señaló: “Esto es mío, particular, y está al servicio de la Unidad básica de la Construcción del Poder Popular¨.

Escobar Cedeño, conocido como Pitingue, quien habla rápido y se desplaza de un equipo a otro con la agilidad de un felino, subraya: “A veces tengo la sensación de que no me faltan los dedos, por lo que he logrado”.

Cuenta otra anécdota, sonríe, su rostro refleja emoción y recuerda: “Tras el accidente saqué una patente porque no podía trabajar para el Estado, pero cuando vi, en un documental de la televisión, cosas maravillosas que hacían personas con alguna discapacidad como yo, decidí dejarla y volver a la labor estatal, porque es lo que me gusta”.

Así transcurrió el tiempo y el anfitrión, antes de la despedida, nos mostró varias de sus obras y una foto con el entonces primer secretario del Partido en Granma Lázaro Expósito Canto, quien, al felicitarlo, expresó: “A hombres como usted hay que saludarlos con un abrazo”.