Decidir  no es tan complicado como muchas veces se piensa, si dejamos de lado el criterio social y familiar, para escoger aquello que nos conviene por pura felicidad o le es inherente al beneficio personal.

Sin embargo, a pesar de ser una persona totalmente ecuánime y firme ante las dudas, en esa simplicidad “se nos va la vida” , porque terminamos por preguntar: ¿Qué es tomar una decisión correcta?

La interrogante abrió el espacio de intercambio con la psicóloga Naira de la Cruz, que de manera habitual sale al aire los jueves en el segmento A buen tiempo, de la emisión televisiva Frecuencia 12.

“Lo primero que debemos saber es que no existe una decisión correcta o incorrecta, sino más menos  adecuada al contexto en el que tomamos esa decisión; segundo que siempre ante la toma de una decisión va haber una parte positiva y otra negativa, ganaremos y perderemos”, dijo la especialista.

Añadió que por lo tanto debemos poner en una balanza que es lo positivo y que es lo negativo, según lo que pese más, ello nos ayudará a elegir, a tomar una decisión, que no tenemos que tener miedo a equivocarnos, y si nos equivocamos aprendemos de esta experiencia y podemos hacerlo mejor la próxima vez.

“Al mayor conflicto que nos enfrentamos ante la toma de una decisión es que no siempre lo que debería es lo que queremos hacer porque antes de escoger queremos hacer algo que nos siempre nos conviene. Porque el debería responde a lo que es correcto, a lo que es bien mirado ante lo social, ante los demás.

“Es muy importante tener en cuenta que aquello que nos hace feliz, tiene consecuencias negativas, que no podemos solucionar, tenemos que saberlo manejar, porque desde el momento que me hace infeliz ya no estoy tomando la decisión más acertada.

“Casi siempre tomamos decisiones en base a lo que mi familia o mis amigos quiere, o entorno a lo que la sociedad ya dispuso como bueno”, concluyó su análisis.

A crédito personal la doctora sugirió que se debe tomar la decisión en base a aquello que lo hace feliz, que le va a dar una vida más positiva, aunque no sea lo que la familia desea y la sociedad.