Brasilia, -La defensa del expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva intenta retirar de la agenda del Supremo Tribunal de Justicia (STJ) el análisis de un recurso en el juicio virtual programado para hoy sobre el llamado caso Guarujá.
El relator de la operación Lava Jato en el STJ, el juez Felix Fischer, incluyó el proceso de nuevo en el memorándum para la audiencia de este martes.
Medios judiciales confirmaron que los abogados del exdirigente obrero procuran eliminar la causa de la orden del día, con una solicitud enviada al magistrado.
El 29 de abril, Fischer tuvo que retirarlo de la agenda por orden del ministro Edson Fachin, del Supremo Tribunal Federal (STF), en respuesta a un pedido de la defensa del fundador del Partido de los Trabajadores.
Fachin aceptó una solicitud para cancelarlo, al quejarse de que no se informó. Alegó que el STJ debería haber publicado la orden del día, con cinco días hábiles de antelación.
“Creo que el acto coercitivo constituye una ilegalidad flagrante que justifica el otorgamiento de la orden preliminar, debido a la aparente inobservancia del derecho de la defensa a ejercer las facultades del regimiento antes del comienzo de la sesión del juicio virtual”, argumentó en la ocasión el ministro de la corte superior.
Si se realiza el juicio, sería la última apelación posible del exmetalúrgico en este expediente, en el STJ. Lula no corre el riesgo de prisión, incluso si su reclamación es rechazada.
Durante la apelación, su defensa discutirá la posibilidad de cambiar el régimen inicial de cumplimiento de la sentencia de ocho años y 10 meses. El colegiado estableció en abril de 2019 tal pena por supuestos delitos de corrupción pasiva y lavado de dinero.
A Lula se le acusa por la posesión de un apartamento triplex en el área litoral de Guarujá, en el estado de Sao Paulo, supuestamente recibido a cambio de beneficiar a la empresa OAS.
Los fiscales indican que el exjefe de Estado recibió el inmueble como retribución por los contratos cerrados por la contratista con la compañía estatal Petrobras.
Desde el comienzo del proceso, aún en primera instancia, Lula reafirma su inocencia y su defensa alega que el apartamento no es suyo, no hay pruebas contra el expresidente, quien no cometió delitos antes, durante o después del mandato (2003-2011).