Brasilia, -La deforestación en la Amazonia brasileña alcanzó de enero a junio tres mil 69,61 kilómetros cuadrados (km2), un aumento del 25 por ciento en comparación con la primera mitad de 2019, revelan hoy datos oficiales.

Tal registro constituye un récord desde el inicio del cómputo en 2015. Las estadísticas son del Sistema de Detección de Deforestación en Tiempo Real (Deter) y del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE).

El Amazonas registró mil 34,4 km2 de superficie bajo alerta de deforestación en junio, un récord también para el mes en toda la serie histórica, iniciada hace cinco años.

Las alertas emitidas por el sistema del INPE muestran además aumentos en todos los meses de 2020 respecto a los números del año pasado. En los últimos 11 escalaron hasta el 64 por ciento en comparación con el mismo período anterior.

Tal tendencia activa alarmas por el inicio de la temporada seca en junio. En 2019, la deforestación subió en julio a dos mil 255,33 km2 de territorio amazónico.

“La deforestación sigue aumentando y las cifras para 2020 serán mucho peores que las de 2019. Se espera que la tasa oficial sea un 30 por ciento más alta que el año pasado, que ya fue el peor año en una década”, advirtió Carlos Rittl, investigador principal del Instituto de Estudios Avanzados de Sostenibilidad de Potsdam, Alemania.

Desde entonces, apuntó, “tuvimos GLO (Garantía de Ley y Orden, misiones realizadas por las Fuerzas Armadas) el año pasado, GLO este año, y nada se ha resuelto porque de hecho no hay un compromiso concreto para luchar contra los delitos ambientales”, denunció.

Esas tareas se cumplen por orden expresa de la presidencia de la República.

Rittl aseguró que “solo ahora que está claro el riesgo de que Brasil pierda inversiones, en una hora que necesitaremos recursos para salir de la pandemia (de Covid-19), el Gobierno empieza a decir que está preocupado”.

Pero, prosiguió, “hasta el año pasado, lucharon con números, contra el INPE, despidieron a su cabeza, lucharon con la ciencia, lucharon con los satélites, pero no con los criminales del medio ambiente”.

Por el momento Brasil se enfrenta a la presión de los inversores extranjeros para reducir la deforestación en la Amazonia.

Recientemente, el Ministerio Público Federal pidió la destitución del ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, por un delito de improbidad administrativa.

Según la Fiscalía, hay una “desestructuración maliciosa de las estructuras de protección del medio ambiente”.

La víspera, el vicepresidente Hamilton Mourão dijo a los inversores que el gigante suramericano busca reducir la deforestación, pero los datos muestran un aumento en la tendencia.