Cuando la niña de dos años Nayelis del Rosario Aliaga Soto se despierta por las mañanas, recibe el cariño de sus tías y abuela, porque su mamá, doctora bayamesa recién graduada, presta servicios desde el 15 de septiembre en San Pablo de Yao, comunidad rural del municipio de Buey Arriba, y solo va pocos días a casa.
Aunque la nostalgia por su bebé es inevitable, durante el año que Haydee Bárbara Soto González espera estar por esos lares quiere que las personas tengan de ella el mejor recuerdo, atenderlos bien y que nunca refieran criterios negativos de su trabajo.

“La población es maravillosa y respeta mucho al médico de la familia, nos ayudan en lo que haga falta. Vivimos en la parte alta del consultorio y las condiciones están creadas.

“En esta zona hay varios pacientes con enfermedades crónicas como la diabetes mellitus, hipertensión arterial, neoplasias de mama, eso obliga a prepararnos.

“El martes por la mañana es nuestro día programado para el terreno, pero ya en la tarde estamos en la consulta. Los demás días visitamos a quienes más los necesitan, sobre todo, a las personas con ingreso domiciliario y, también, a las gestantes con cualquier patología.

“Tenemos encamados, cardiópatas, y hay que mantener un seguimiento estricto sobre ellos. Hay casas muy lejanas, y para llegar hasta las mismas debemos cruzar el río, hay días que comienza a llover temprano y se hace difícil el paso, entonces tenemos más cuidado.

Sin embargo, nada frena a esa muchacha, porque lo importante es que quienes precisen de su asistencia la reciban, no importa el lugar donde se encuentren.

La juventud prevalece, y también, la responsabilidad. Haydee comienza ahora una larga carrera para mejorar la salud de los enfermos, y en muchos casos, apoyarlos emocionalmente; ahí late su meta y compromiso.