La sabiduría popular profesa a la naturaleza una tremenda importancia, sobre todo si se fundamenta en el nexo indisoluble e infranqueable que existe entre la madre y el hijo desde el propio embarazo.
Tal dependencia afectiva se acrecienta después del parto, con la posibilidad para el recién nacido de alimentarse de los pechos de su progenitora.
No hay explicación posible, ni sentimiento comparable con ese momento en que nuestra descendencia succiona “vida” de nosotras, a través de ese líquido esencial y maravilloso.
Mientras eso sucede, se crea una conexión sin palabras, en la que las miradas se entrecruzan y conversan, haciéndose confesiones e intercambiando un inmenso cariño.
Al indagar sobre el tema, afloró que la lactancia materna es tan añeja como la humanidad misma, y existe desde millones de años atrás. Practicarla es trascendente para el ser humano, que la utiliza al comenzar la vida fuera del útero, como el más completo y mejor de los alimentos.
Las razones expuestas son valederas para anualmente en la primera semana de agosto desarrollar el Día Mundial de la Lactancia Materna, cuyo tema este año es “Proteger la lactancia materna: una responsabilidad compartida”.
En la actualidad se amamanta al niño a partir de minutos después del parto, continuándose a libre demanda. Las primeras 48 horas el pequeñín consume una cantidad moderada de calostro rico en proteínas y minerales, y en unos cinco días se convierte gradualmente en leche materna.
Resulta importante que las recién paridas conozcan esa explicación, pues en ocasiones se desesperan durante esos primeros días y creen no tener suficiente “leche” para el bebé.
Son cuantiosos los beneficios de ese líquido “mágico”, entre ellos, que posee un alto contenido de inmunoglobulina A protector contra infecciones entéricas, por lo cual se recomienda lactar de forma exclusiva hasta el sexto mes de vida, y mixta hasta los dos años.
También favorece la salud de la madre, y como se dice al principio de este trabajo posibilita una relación afectiva indisoluble e insustituible, por ello, una premisa para crecer sanos y vigorosos, es la utilización de la lactancia materna.
Sobresalen las considerables acciones que se llevan a cabo en nuestro territorio, principalmente en las áreas de atención primaria de salud, y en los hospitales donde se producen los partos.
La labor se fundamenta en la preparación y aprendizaje de las normas higiénico- sanitarias establecidas para lactar, y en sus ventajas e importancia.
Como parte de ese desempeño se lleva a cabo en los hogares y hospitales maternos el movimiento Amigos de la madre y el niño, que otorga esa condición, válida para un año, a las instituciones que despliegan un sistemático trabajo en tal sentido.
Nadie está facultado para privar a esa personita que acaba de llegar al mundo de ese privilegio de Madre natura, otra forma más para demostrar entonces de esta manera, la ternura y amor por los hijos.