El derecho recurrente de todos nuestros días

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Por Sara Sariol Sosa | 7 diciembre, 2016 |
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Hace poco más de un mes, Cuba resultó el país más votado (160 votos) para ser miembro, junto a otros siete representantes de América Latina y del Caribe, del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, durante el período 2017-2019.
Tal elección confirma el reconocimiento universal de lo que este país, pequeño, bloqueado, pero con un elevado sentido de la dignidad humana, ha hecho por los derechos sagrados de su pueblo, y más allá de sus fronteras.

Con esa posición que nunca ha sido discurso, sino práctica constante, arribaremos los cubanos este 10 de diciembre, al Día de los Derechos Humanos.

Y es que, si los Derechos Humanos preceptúan nacer libres e iguales en dignidad, tener derecho a la vida sin discriminación de sexo, color, y religión, la igualdad ante la ley, tener acceso a contraer matrimonio y fundar una familia, a la escolaridad plena, a la salud, a un trabajo y a un salario … Cuba es un magisterio en esos asuntos.

Recientemente, valga este ejemplo entre miles, el Fondo de Naciones Unidas para la infancia (Unicef) destacó que la mayor de las Antillas es un modelo en el cumplimiento de la Convención sobre los derechos del niño y la niña, y posee experiencias para mostrar al mundo en espacios como la educación y la salud, que son gratuitas y accesibles para todos.

La oficina de esa organización en Cuba ha dejado plasmado en un informa sobre “El desarrollo de la primera infancia en Cuba”, la experiencia local de un sistema integrado, en constante fortalecimiento, que promueve la protección, atención y desarrollo de la primera infancia en el país.

Refiere el documento, en el país hay más de 855 mil niños y niñas de 0 a 6 años de edad, de los cuales, el 99,5 por ciento asiste a un programa o una institución de educación temprana.

Los resultados de una encuesta sobre Indicadores Múltiples por Conglomerados (MICS), realizada por esa misma institución, a más de nueve mil hogares cubanos, demuestra que el cuidado a la niñez –nuestro bien más preciado-, inicia aquí desde que el infante está en el vientre de la madre.

En ese sentido, el 98 por ciento de las embarazadas incluidas en la pesquisa, recibió atenciones prenatales en cuatro o más consultas por parte de médicos, y prácticamente la totalidad fueron atendidas por personal calificado de salud. El 89 por ciento de ellas está protegida contra el tétanos, y el 92,4 tuvo su primera visita de cuidado prenatal en el primer trimestre del embarazo.

Asimismo, el 98,4 por ciento de las madres y sus bebés recibieron chequeos de salud después del nacimiento en una institución o en el hogar, incluida la prueba del talón al 97 por ciento de los recién nacidos, alrededor del quinto día posterior al nacimiento, para identificar la presencia de cinco enfermedades congénitas.

Pero esos son solo algunos datos. En este país, lo sabemos muy bien quienes lo habitamos, el hombre es el centro de la agenda de las autoridades desde el inicio del proceso revolucionario; el libre acceso a la educación, la salud, al deporte y a la participación política permitió a los ciudadanos sentirse respetados e incluidos en el proyecto social.

Entonces hablar de Derechos Humanos aquí no es cuestión de uno sino de todos los días, de todos los meses, y de todos los años; es para suerte nuestra, una cuestión que trasciende lo recurrente.

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