El 2016 tiene, de nuevo, grandes desafíos para la agricultura no cañera, con peso determinante en el sector primario de la economía territorial y en la calidad de vida de la población.
Granma, eminentemente agropecuaria, cuenta con el potencial suficiente para producir mucho más alimento por la vía de incrementar la eficiencia, la productividad y los rendimientos agrícolas, y contribuir a la sustitución de importaciones.
El año recién finalizado resultó difícil y complejo con afectaciones climáticas que provocaron la pérdida de cosechas; y que no se produjeran miles de toneladas de arroz listo para el consumo, al dejarse de plantar las áreas previstas por la falta de agua en las presas.
Mientras, es reiterado (por tercer año consecutivo) el incumplimiento en la venta de leche fresca de vaca a la Industria Láctea y directa en bodegas a la población, lo cual obedeció a indisciplinas de algunos productores, deficiencias organizativas y descontroles administrativos, e insuficiente atención al movimiento cooperativo y campesino, y las UBPC por la Anap y el sindicato del ramo, respectivamente.
Se sumó al incumplimiento la Avicultura en la producción de huevos de gallinas por problemas en el manejo de la masa, inestabilidad en las entregas de pienso por parte de la fábrica, por déficit de materias primas, entre otras causas.
Igual sucedió con la Apicultura que solo alcanzó el 78 por ciento del plan en la miel de abejas al descender en los rendimientos planificados.
No obstante, hay que reconocer los resultados en los cultivos de frijoles, tomate, maíz, café y tabaco; carnes vacuna y de cerdo, el fomento de bosques y madera aserrada, con avances aún discretos, pero alentadores.
Además, se excedió la producción mercantil, pero cuatro empresas registraron pérdidas: pecuaria 14 de Junio, de Jiguaní y agropecuarias José Nemesio Figueredo, de Río Cauto, Roberto Estévez Ruz, de Cauto Cristo y Bayamo, estas dos últimas las únicas que planificaron pérdidas.
En las cuentas por cobrar y pagar, los saldos vencidos y fuera de términos disminuyeron gradualmente en la medida en que las entidades mejoron su situación económica y financiera
En la etapa continuó el proceso de reordenamiento por las bases productivas y el sistema empresarial, que deben demostrar la validez de las medidas aplicadas al romper obsoletos esquemas y ataduras en las relaciones contractuales, y la obtención de la real eficiencia en la empresa socialista en el futuro inmediato.
Asimismo, la reanimación económica y productiva en marcha con la paulatina transformación y perfeccionamiento busca asegurar la alimentación del pueblo por las diferentes formas de comercialización y el desarrollo sostenible con la diversificación y el autoabastecimiento.
La producción agropecuaria, como asunto de seguridad nacional, está urgida de jerarquizar en la provincia la máxima de no gastar más de lo que tiene y lograr la rentabilidad de todas las empresas, talón de Aquiles que las hace vulnerables.
El logro de un mayor volumen de productos para bajar los precios es posible si se aprovecha más y mejor las tierras ociosas o deficientemente explotadas, otorgadas en usufructo a miles de granmenses, e incrementan los rendimientos agropecuarios y la productividad.
Resolver los problemas financieros y deficiencias en la contratación y comercialización para satisfacer la siempre creciente necesidad de la población, reclama de un particular esfuerzo en correspondencia con los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución.
Más, es imprescindible convencer con un abastecimiento estable a la industria, mercados estatales y puntos de venta con variedad y calidad, todos los días habilitados, reforzados con las jornadas destinadas a las ferias y otros modelos de gestión.
Llegar a diciembre de 2016 con el cumplimiento de los planes y aportar un poco más, a partir de las reservas y capacidad de los recursos humanos y materiales, es el reto de los hombres, mujeres y dirigentes del sector agrícola.