El texto apareció un día después que el rotativo Folha de Sao Paulo divulgara que Bolsonaro desistió de su oferta de instalar una base militar de Estados Unidos en territorio nacional durante su mandato.
Según esta publicación, el político de extrema derecha hizo llegar su arrepentimiento a los comandantes militares y oficiales generales de la cúpula de las Fuerzas Armadas. El mensaje lo transmitió el ministro de Defensa, general Fernando Azevedo e Silva.
El cotidiano indicó que el gobernante ‘citó la posibilidad de la instalación de una base de Estados Unidos, país con el que viene enlazando una aproximación agresiva desde que fue electo, durante una entrevista con el SBT (Servicio Brasileño de Televisión) la semana pasada’.
Señaló que su canciller, Ernesto Araújo, también confirmó la intención y esta resultó elogiada por el secretario norteamericano de Estado, Mike Pompeo, quien estuvo en la posesión del exmilitar el 1 de enero. El reportaje de Folha refirió que la propuesta de Bolsonaro ‘tomó a los militares de sorpresa, aún más venida de un egresado de las filas del Ejército conocido por la retórica nacionalista’.
De acuerdo con el periódico, ‘el Alto Comando del Ejército, centro de gravedad del poder militar brasileño, expresó su descontento en conversaciones de sus miembros- ‒los generales de cuatro estrellas, tope de la jerarquía’.
Revela que ‘Azevedo e Silva, que fue del colegiado y actualmente está en la reserva, conversó con Bolsonaro. Estados Unidos tiene más de 800 bases en unos 80 países, pero ninguna activa en América del Sur’, precisó.
En una de sus columnas en el portal Brasil 247, el sociólogo Marcelo Zero indica que Estados Unidos tiene cerca de 800 instalaciones militares repartidas por todo el mundo y gasta alrededor de 100 mil millones de dólares anuales para mantenerlas.
Arguye que si alguna vez el nuevo gobierno determina ceder parte del territorio nacional para que Estados Unidos tenga una base en el Atlántico Sur esto representará la capitulación última de la soberanía brasileña.
‘Se trata de una decisión que, si se concreta, será prácticamente irreversible. Tendremos un Guantánamo del Sur, una mancha eterna en el territorio y en la soberanía de Brasil’.
Menos mal que aun quedan personas con mente brasileña