La Habana-. En Cuba, recién al triunfo de 1959, descubrí la libertad, afirmó el eminente teatrista británico Peter Brook , en su mensaje en video, enviado a todos los cubano a quien considera sus amigos, proyectado en la inauguración del XVI Festival Internacional de La Habana.
Anoche, en la Sala Covarrubias del Teatro Nacional, todos se conmovieron ante la calidez, cercanía, simpatía y claridad de este hombre del teatro, nonagenario, quien aún se mantiene activo y que hizo llegar sus palabras por mediación de su hijo, el cineasta Simon.
Recordó este vanguardista de la escena mundial que al recorrer, entonces, las calles de La Habana, observó como las personas comunes se acercaban a su líder Fidel Castro para conversar de problemas cotidianos y como una pujante juventud, un pueblo muy unido y lleno de esperanzas miraba hacia el futuro, algo que creyó era un ejemplo para la humanidad.
Dijo que nunca imaginó la ciclópea oposición que levantó esa utopía, pero que a pesar de todo, los cubanos resistieron y aún bregan por labrarse un porvenir a la medida de sus sueños.
Contrastó esas vivencias con su vida profesional: lo que tan naturalmente lograba cuando laboraba en salas pequeñas, de limitada capacidad y con un mínimo grupo de actores y los enormes esfuerzos y menguados resultados, cuando acometía un gran espectáculo, como las óperas, con centenares de participantes.
Subrayó que lo mismo ocurre a escala planetaria, como el foro de las Naciones Unidas, donde nunca se ponen de acuerdo y las diferencias concluyen en sangrientas masacres.
Carlos Celdrán, director artístico de esta edición de este encuentro de creadores en la capital cubana, destacó que concurren artistas escénicos de los cinco continentes y que en La Habana se podrán apreciar, los derroteros e intentos de nuevas soluciones en este milenario arte, que refleja la vida misma, y por consiguiente, se vislumbrar á y tomará el pulso a la escena mundial del futuro.
La velada cerró con la obra Charenton, basada en el Marat-Sade, de Peter Weiss, en una versión cubana de Flora Lauten y Raquel Carrió, con el grupo Teatro Buendía, al que también está dedicado el festival por sus 30 años de fundado.
Impactante, polémica, irreverente y polisémica resulta esta puesta en escena , premiada por el público que abarrotó la locación con una cerrada ovación todos de pie, en homenaje a la Lauten y sus cercanos colaboradores, causantes de una verdadera revolución ética y estética en la escena cubana a partir de los años 80 del siglo anterior.
También como otro homenaje, el fotógrafo Xavier Carvajal, un asiduo testimonian de de la escena criolla en las década más recientes, abrió en el lobby de la sala su exposición Buendía en el tiempo, que reúne imágenes de las puestas de Charenton, Las Bacantes y La otra tempestad.