La Habana, – El VI Congreso de Propiedad Industrial comienza mañana en el Hotel Nacional de Cuba, con la encomienda de evaluar la integración de la especialidad en las políticas de desarrollo en el país, anunciaron en esta capital sus organizadores.
La Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) ofreció su cooperación a las sesiones del evento, que transcurrirá hasta el jueves, comentó a la ACN Félix Bell Rodríguez, subdirector de la Oficina Cubana de Propiedad Industrial (OCPI).
Añadió que la agenda incluye el rol de esta última en la investigación científica, la innovación y el desarrollo tecnológico, en los procesos de inversión extranjera y en la colaboración científico-técnica.
Igualmente, la presencia de las marcas y otros signos distintivos en el mercado internacional, la innovación en el diseño y las alternativas de protección para el mercado, así como las facilidades de los acuerdos internacionales en la política nacional.
El V Congreso de la OCPI transcurrió en La Habana del 28 al 30 de abril de 2014, también con la asesoría de la OMPI, un organismo especializado de la ONU, creado en 1967 en su sede de Ginebra (Suiza) y dedicado a fomentar el uso y la protección de las obras del intelecto humano.
La Oficina Cubana de la Propiedad Industrial es una de las instituciones del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, responsabilizada con el establecimiento del régimen legal, la política, la gestión y la gerencia, así como la prestación de los servicios correspondientes.
Profesionales cubanos atesoran nueve medallas de oro de la OMPI por sus resultados durante 22 años en materia de innovación tecnológica, considerado un hecho excepcional para una nación del Tercer Mundo, la cual atribuye importancia primordial a la creación y desarrollo del capital humano.
El más reciente de tales casos fue en 2015, cuando la ganó la invención titulada Anticuerpos monoclonales antiCD6 para el tratamiento y diagnóstico de la psoriasis, del Centro de Inmunología Molecular (CIM).
La primera medalla otorgada a Cuba en 1989 correspondió al Instituto Finlay por la vacuna contra el Meningococo (Neisseria Meningitidis) del grupo B; y en 1999 le siguió el PPG, medicamento de múltiples usos del Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNIC).
Un año después la obtuvo el Centro de Bioactivos Químicos de la Universidad Central de Las Villas, Marta Abreu, por su Biocida, producto logrado a partir de un derivado de la caña de azúcar.
Dos medallas fueron concedidas en 2002 al CIM y al Centro Nacional de Sanidad Agropecuaria (CENSA).
El primero desarrolló una molécula capaz de mejorar los tratamientos en pacientes con tumores de origen epitelial; y el otro un método para la conservación de la leche cruda sin refrigeración, con el nombre comercial de Stabilak.
En 2006 el premio lo alcanzó el Centro de Estudios de Antígenos Sintéticos, de la Universidad de La Habana, en colaboración con la de Ottawa, por su vacuna contra el Haemophilus Influenzae Tipo B.
Dos lograron en 2007 el CNIC y el CENSA, respectivamente, con sus invenciones del equipo para el diagnóstico rápido microbiológico (DIRAMIC), y el Surfactante pulmonar porcino (SURFACEN).
Otra fue en 2011 para el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, por su medicamento Heberprot-P para la atención integral a pacientes con úlcera del pie diabético, que reduce sustancialmente el riesgo de amputación de miembros inferiores.