Cuba acabó con los clorofluoro carbonos (CFC), alones, metilo cloroformo, tetracloruro de carbono y el bromuro de metilo en la fumigación de almacenes y en el cultivo del tabaco, café, plantas ornamentales, flores, tomate y otros, destacó el directivo.
Al decir de Espinosa, en la actualidad se ejecuta un cronograma dirigido a la supresión de los hidroclorofluorocarbonos (HCFC) con el R22 o clorodifluorometano, un gas utilizado para los equipos de refrigeración.
Asimismo, añadió, comenzamos un proceso para implementar la enmienda de Kigali, suscrita en 2016, que tiene el objetivo de eliminar los hidrofluorocarburos (HFC), usados en frigoríficos y aparatos de aire acondicionado, considerados muy nocivos para el clima.
Por todas estas acciones, y en el contexto de los 30 años del Protocolo de Montreal, la Organización de Naciones Unidas (ONU) distinguió a Cuba con el Premio Ozono 2017, celebró.
Durante la ceremonia, el pasado mes, Espinosa también fue reconocido por la labor realizada como líder de política dentro del Protocolo para eliminar las SAO, hecho de gran valor para el mundo.
‘La entrega del premio, que también es extensivo a todas las personas involucradas estas acciones, nos hizo sentir muy satisfecho, porque evidencia que el trabajo realizado no fue en vano’.
Durante el encuentro con la prensa, Armando Gómez, especialista de la OTOZ, presentó el informe Levantamiento sobre el consumo de alternativas a las sustancias agotadoras de la capa de ozono en Cuba.
Ese documento ofrece una visión de cómo se encuentra el país con esas sustancias, especialmente los HFC, por ejemplo el 134A que tenemos en los refrigeradores domésticos (Haier) y el R410A, para los aparatos de climatización de nuestros hogares.
El censo se realizó de conjunto con el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo-Cuba, Agencia de Energía Nuclear y Tecnología de Avanza, Centro de Gestión de la Información y desarrollo de la Energía, Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente, OTOZ y organismos colaboradores del proyecto.