La historia los premió con el recuerdo eterno. Aquellos jóvenes checoslovacos, decididos a liberar su tierra natal del régimen hitleriano, protagonizaron en las calles de Praga una resistencia que trascendió como símbolo de rebeldía y patriotismo.
El 28 de octubre de 1939, día en que conmemoraban un aniversario más de la Declaración de la Independencia checoslovaca iniciaron las acciones de condena al fascismo y a las expresiones racistas.
Aunque los deseos de libertad no se apagaron, las represalias y las víctimas inundaron las calles.
El 17 de noviembre de 1939 se cerraron en Checoslovaquia las instituciones de educación superior y se enviaron a más de mil jóvenes a campos de concentración, como castigo a las manifestaciones de protesta y condena a un régimen que enseñaba con el crimen y la violencia.
Dos años después se instituía en Londres esa fecha como el Día Internacional del Estudiante, en apoyo y solidaridad con aquellos que se alzaron contra el militarismo, el atraso social y la amenaza a la supervivencia de la humanidad.
Los estudiantes cubanos se unen cada año a esta recordación y rinden homenaje también a sus muertos. El 27 de noviembre de 1871, cuando Cuba era colonia española, fueron fusilados injustamente ocho estudiantes de medicina. Era la manera de la metrópolis de desatar el terror, que en realidad, solo fortalecía los sentimientos independentistas.
El estudiantado cubano, siempre a la vanguardia de los procesos sociales y políticos, ha sufrido heridas, pero también, ha conseguido victorias, a diferencia de otros que aún siguen luchando en el mundo por sus derechos.
Por eso, hoy se rinde tributo a los que hicieron posible una educación mejor en el país, y también, la jornada se convierte en fiestas y celebraciones.
Cada centro educacional vive estas horas con actividades especiales porque los alumnos cubanos cambiaron las armas, desde 1959, por lápices, libretas ideas y democracia.