Este 21 de septiembre se celebra el Día Mundial del Alzheimer, instituido por la Organización Mundial de la Salud en 1994 con un doble objetivo: sensibilizar la sociedad acerca de esta “epidemia del siglo XXI” y sus consecuencias socio sanitarias; y desarrollar una campaña de educación dirigida a promover la prevención de esta patología.
“Hablemos sobre la demencia es el lema de este año”, y de acuerdo con la bibliografía médica las personas aquejadas de esa dolencia en sus inicios experimentan pérdida progresiva de la memoria, cierta confusión y falta de concentración.
Se trata de un trastorno degenerativo del cerebro que se desarrolla en un período de años y es la causa más común de demencia. El resultado final es la muerte progresiva de las neuronas. Cuando este mal aparece es irreversible.
Hasta la fecha, aunque no hay cura conocida sí se pueden poner en práctica rutinas y actividades encaminadas a retrasar el deterioro por causa de la enfermedad, tales como: conocer las necesidades reales de los enfermos y brindarles terapia de estimulación para la memoria, y ejercicios mentales; ofrecer apoyo sicológico e información sobre la patología a los cuidadores y familiares, y hacer campañas de prevención trabajando específicamente en los factores de riesgo modificables.
El Alzheimer es un problema global del que nadie está a salvo y del que la sociedad en su conjunto debería tomar conciencia con un triple propósito: prevenir su aparición, actuar cuando haya sido diagnosticada y paliar sus consecuencias.
Realizar esa tríada es posible en Cuba, donde existe un Programa contra esa dolencia, cuya estrategia se basa, sobre todo, en la prevención, mediante el control adecuado y tratamiento de los factores de riesgo cardiovasculares, tales como hipertensión arterial, diabetes, colesterol alto, fumar, beber alcohol y pobre actividad física e intelectual.
A través de la Atención Primaria de Salud (APS), se insta a los pacientes a mantener una vida activa, integrar los círculos de abuelos y hacer entrenamiento cognitivo, como aspectos importantes en la prevención y el retraso de su comienzo.
Los médicos de familia, en las consultas o en las visitas de terreno, sobre todo a las personas de 60 años o más, realizan labor de educación para la salud, sugiriendo evitar la pérdida de facultades mentales tonificando la materia gris con retos y estímulos de calidad.
Por su parte, los neurólogos indican que mantener ocupado el cerebro a través de la lectura, la creación artística o el juego, aumenta la llamada memoria automática, la cual permite hacer cosas sin pensar en ellas.
En Cuba más una 170 mil personas sufren de demencia, no están desprotegidas y pueden contar con las bondades del Sistema de Salud.