Un ameno conversatorio sobre Fidel desarrollaron, este jueves, miembros de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana en la sede del municipio Bayamo.

Los ponentes recordaron diferentes etapas de nuestra historia revolucionaria, en la cual tuvieron relación directa con el líder histórico de la Revolución Cubana, por tal motivo fueron recordados pasajes de la lucha clandestina y de la formación y consolidación del Ejército Rebelde en la Sierra Maestra.

Asimismo, evocaron la batalla de Las Mercedes, en la cual se puso fin a la ofensiva de los batistianos para derrocar a Fidel y su ejército de barbudos.

También se rememoró el protagonismo del Comandante en Jefe en la lucha contra bandidos, la creación de las milicias nacionales revolucionarias, además de su rol en la victoria de Playa Girón y en la participación de Cuba en las misiones internacionalistas en tierras africanas.

Una de las evocaciones más sensibles la realizó una integrante del Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias “Henry Reeve”, una idea del barbudo guerrillero para, a diferencia de los Estados Unidos, no llevar bombas a los sitios más oscuros del planeta, sino médicos y salud.

Otros recordaron la fundación de las milicias de tropas territoriales y la estrategia seguida para materializar la concepción de la guerra de todo el pueblo, ideada por este gigante moral, donde cada cubano tiene un lugar, una forma y un medio para defender la Patria.

Un momento especial fue la carta leída por Fidencio González Peraza, Héroe de la República de Cuba, la cual fue enviada por Fidel mientras se encontraban sitiados en la Batalla de Cangamba por fuerzas de la Unión para la Independencia Total de Angola (Unita) y los sudafricanos, en la cual los convida a la resistencia y les asegura que la Revolución Cubana no los dejará abandonados a su suerte.

Los siete panelistas coincidieron en el orgullo de haber sido partícipes de muchos de sus sueños, y en el placer de haberlo conocido, pues no existía dicha más grande que sentir la presencia de este hombre de dimensiones sobrehumanas.