La intención es, según el texto firmado por la Junta Directiva del rotativo neoyorquino, ‘lanzar un bocado a los exiliados cubanos’ que respaldan a Trump en el estado de Florida.
Mientras, su jefe se acerca a una salida infame de la Casa Blanca, el secretario de Estado, Mike Pompeo, está arrasando la tierra detrás de quienes integran esta administración, acota el editorial.
Esta semana Pompeo anunció la inclusión de la isla en la lista de naciones que según Washington auspician el terrorismo, una medida que expertos califican de unilateral, espuria y políticamente motivada.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, calificó la decisión de uno de ‘los últimos coletazos de una fracasada y corrupta administración comprometida con la mafia cubano-miamense’.
En ese sentido, según el Times, lo cierto es que Pompeo no deja puentes sin quemar y en el camino hacia el fin de la presidencia de Donald Trump, hace todo lo posible para ponerle las cosas difíciles a Biden.
En sus fuertes críticas a Pompeo, el rotativo señala que el funcionario no se mantiene inactivo, pues además de poner a Cuba otra vez en la lista de naciones que auspician el terrorismo, planea designar a los rebeldes hutíes en Yemen como una organización terrorista extranjera.
También relajó las restricciones a los contactos entre diplomáticos estadounidenses y funcionarios de Taiwán, lo que podría interpretarse como un fuerte gesto de apoyo al gobierno de Taipei, lo que será un irritante adicional para Biden, ya que este asume la responsabilidad de la tensa relación con Beijing.
Mientras tanto, Pompeo fue hiperactivo en las redes sociales, donde publicó decenas de tuits desde el comienzo del año promocionando los supuestos ‘logros’ de la administración en el extranjero, ‘avances’ que según la Junta Editorial del Times son considerados por los aliados estadounidenses y muchos profesionales del Departamento de Estado como decisiones terribles.
Algunas de las acciones que Pompeo tomó durante la semana pasada podrían ser defendibles si se tomaran en el contexto de una política exterior coherente, destaca la publicación.
Pero a pocos días del cambio de administración, su único propósito identificable es plantar obstáculos maliciosamente, lo que algunos comentaristas llaman bombas de tiempo o trampas explosivas, antes de que Biden asuma el poder, concluye el editorial.