Salir con las manos vacías del Estadio atlético, de Lima, jamás lo imaginó y, mucho menos, la descalificación en el lanzamiento del disco (F56), durante la más reciente edición de los Juegos Parapanamericanos, que pudieron signar el fin de su carrera.

Por eso, a Leonardo Díaz Aldana todavía le resulta difícil referirse a lo sucedido el 26 de agosto de 2019, sin duda, el día más triste de su exitosa trayectoria por los escenarios internacionales.

De esa pesadilla, “tamaña injusticia”, le costó trabajo despertar. Y al cabo de ocho meses, ya se nota calmado, nada que ver con el nudo que se le hacía en la garganta y los ojos humedecidos por las lágrimas, cuando recordaba los hechos de la capital peruana.

“Imagínate, por primera vez, regresé a la patria sin medalla; había quedado muy mal con la Revolución y con las personas que me han apoyado”, lamenta el atleta no convencional más laureado en la historia de Granma.

Tal vez, “la mala suerte de fusionarse varias categorías”, era un fatídico presagio para el manzanillero, que asistía a su quinta justa continental consecutiva; mientras lo peor estaba por llegar.

“Cuando fijé la silla los técnicos apretaron los tensores, pero se aflojaron; ya no podía bajarme. Traté de hacer lo mejor posible y solo fui superado por el brasileño (Claudiney Batista, ganador)”, narró sobre las primeras irregularidades de la competencia, en la que luego vio trunca su cadena de cuatro títulos al hilo, desde el 2003, en la ciudad argentina de Mar del Plata.

Aún indignado, recuerda: “Los tres clasificadores (jueces) estaban frente a mí y no hubo problema; pero por el video que presentó México, al final me descalifican. Exponían que levanté una nalga y que había despegado las piernas”.

Las intenciones eran más que evidentes, el mexicano Ricardo Robles mejoraría el color de su medalla de bronce y su coterráneo José Ángel Archer accedería al podio desde el cuarto lugar de la clasificación.

Díaz Aldana considera que también se violó el protocolo: “En 30 minutos debieron avisarme para hacer la reclamación, pero me enteré a las dos horas.

“Nunca vieron en qué intento cometí la falta, pero eran seis”, agrega antes de preguntarse: “¿Cómo es posible que con tantas cámaras no apareciera el video de mis lanzamientos? Evidentemente, lo borraron”.

Esos incidentes, que le provocaron un trauma psicológico, ya forman parte del pasado de Leonardo, “ahora tengo que entrenar más fuerte y pensar en positivo, como siempre lo he hecho, no por gusto he tenido buenos resultados”, apunta optimista, el dueño de dos coronas paralímpicas y cuatro mundiales, entre otros resultados relevantes.

De hecho, piensa en tirarle al récord mundial, que ostentó por muchos años y le arrebató el iraní Alí Mohammadyari (45.59 metros), “aunque no es el rival más difícil, le he ganado en varias ocasiones; es Claudiney Batista”, precisó.

Asimismo, alerta que el nivel de los atletas ha subido, “lo que me exige una mejor preparación”, y sobre algunos cambios en el reglamento, con competidores que bajan de categoría.

“El entrenador (Raúl Antonio Barreiro Mayeta) y yo hicimos algunos ajustes en el entrenamiento, antes de ir a Dubai, para ver si de esa forma podía acercarme al récord mundial; todo depende de la eficiencia y la disciplina con que lo hagamos”, acotó.

Díaz Aldana, al momento de la contingencia por el nuevo coronavirus, se alistaba para intervenir en torneos abiertos de Brasil, México y Dubai, los que fueron suspendidos ante el avance de la pandemia por todo el mundo.

Mientras cumple las medidas sanitarias, en su casa (Manuel Pedreira No 64), de Bayamo, no descuida el alistamiento, “estoy haciendo ejercicios sistemáticos para el fortalecimiento y, cuando se normalice la situación, seguir con la preparación”.

Incluso, considera provechoso el aplazamiento de los Juegos Paralímpicos de Tokio, “por una parte, me beneficia, así puedo ejercitarme un poco más y si no funciona, volver con el plan de entrenamiento anterior”, significó.