El caballero de las rosquitas

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Por Yasel Toledo Garnache | 5 noviembre, 2015 |
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Eliberto Tomás en la esquina donde siempre vende sus productos./Foto: Rafael Martínez Arias
Eliberto Tomás en la esquina donde siempre vende sus productos / Foto: Rafael Martínez Arias

Eliberto Tomás Niet Zamora, popular ciudadano que confecciona alimentos tradicionales, con yuca agria como principal ingrediente, recibió el homenaje de familiares amigos y directivos de Cultura, este 5 de noviembre, como parte de las actividades por el aniversario 502 de la villa San Salvador de Bayamo.

En el patio de la Casa de Cultura 20 de octubre, comentó sobre ese hábito, que heredó de sus padres, quienes eran dulceros: “Lo aprendí desde niño. Casi siempre estaba junto a ellos, hacer esto me gusta mucho.

“A veces,me sient0 agotado y los problemas de salud se interponen, sin embargo sigo adelante, aunque la familia me pelee un poco”, dijo sonriente.

César Suárez, amigo y trabajador de Cultura, expresó que Tomasito, como lo llaman cariñosamente,  y sus rosquitas “forman parte del entorno de la ciudad. Este reconocimiento es también a la tradición bayamesa. Ojalá sus hijos continúen con la costumbre”.

Su hijo, Leonardo, habló sobre su exigencia como padre. “Es muy bueno y bromista, pero duro, a veces. Le gusta todo bien hecho. Lo queremos cantidad”.

Manuel Verdecia Castillo, fundador de la Asociación Culinaria en Granma, resaltó, además, sus valores como ser humano y representante de la provincia en eventos nacionales. “Es un caballero, por su sensibilidad y manera de tratar a todos. A una sobrina mía le encantan las rosquitas, y debo enviarle algunas con frecuencia”, manifestó.

Niet Zamora, ganador del Primer Premio a lo Cubano (2011, explicó que el proceso de confección incluye raspar la yuca agria, luego rayarla, darle prensa, secarla, cernirla, ponerla en agua hirviendo y, más tarde, apretarla con los puños.

El también Maestro Dulcero agradeció a todos, en especial a sus familiares, y señaló que vivir en una ciudad con tanta historia es una gloria.

Después del homenaje, volvió a vender sus productos en la esquina donde lo hace desde la década de los años ´80, del pasado siglo, muy cerca de la Plaza de la Revolución.

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