El camino de Alejandro

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Por Diana Iglesias Aguilar | 26 abril, 2019 |
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FOTO/ Luis Carlos Palacios

Manuel Alejandro Pérez Cedeño tiene 28 años y redefine su camino  hacia las artes. Recién debuta como actor en el Grupo de Teatro Callejero Andante, con el  personaje donde interpreta a un falso sacerdote en la obra Hábito del dramaturgo colombiano Jhon Angel Valero.

Graduado en la Universidad de Granma como Ingeniero Mecánico en 2015, después de cumplir con el servicio social por tres años, decidió por fin escuchar la voz interior  que clamaba dentro de su ser, por encausarlo hacia el mundo artístico.

En agosto de 2018 Teatro Callejero Andante lanzó la convocatoria para un casting entre jóvenes con vocación teatral y conocimientos elementales de instrumentos musicales, la base de la creatividad que caracteriza las propuestas del grupo, con más de dos décadas de creado.

Tres aspirantes con posibilidad de alcanzar un cupo en la plantilla de Andante participaron en talleres y experiencias creativas, como resultado, Manuel Alejandro decide iniciar su vida astística y ya desempeñó un papel en la popular Ronda de los cuenteros, y en la obra La virgen que aprendió a calcular, obras del repertorio activo del grupo, además de ayudar en el montaje de El modelo uno de los últimos estrenos del colectivo.

Para Juan González Fiffe, director general de Andante, Manuel Alejandro significa mucho, pues las migraciones hacia la capital y el explorar otros horizontes dejaron al grupo sin actores. No es problema que el chico no tenga formación académica, es suficiente con sus dones para el arte, que poco a poco son entrenados.

En Manuel Alejandro destaca el deseo de superación, señala Fiffe, además desde pequeño estuvo vinculado con los talleres creativos  y con  instrumentos como la guitarra.

Acerca de su experiencia empírica en los escenarios, Manuel Alejandro es un neófito sui géneris en las artes, pues desde pequeño estudió guitarra y participó en actividades culturales en su etapa pioneril, al llegar a la enseñanza superior integró la nómina de Universon, agrupación emblemática de la música cubana en el ámbito universitario donde aprendió a tocar el bajo.

En festivales de aficionados obtuvo numerosos reconocimientos, el más significativo para él el otorgado en 2014 por la Dirección Provincial de Cultura en Granma por el monólogo: Declamación de Doña Susana con el que obtuvo Premio Especial.

Al debutar en Hábito, como el sacerdote que  guía a un grupo de mujeres, como él, deseosos de sobrevivir a costa de los semejantes, dice sentirse especial, que significa cómodo, en un proceso de aprendizaje que lo hace inmensamente feliz, donde no siente miedo pues es atrevido y en el grupo lo han aceptado muy bien.

No hay cabida a las dudas, Alejandro irá por la senda del arte, dotes tiene, la expresividad de su rostro, la naturalidad con que se desempeña en su primer personaje, al que imprime el sello propio. Ese con el que cautivará al público siempre creciente de Teatro Callejero Andante, un colectivo vanguardia en la creatividad, la versatilidad y el trabajo artístico muy cerca del público.

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  1. Es verdaderamente impresionante lo que puede hacer un ego rebozado. La feminidad de algunos hombres los hace compatible con la intención otrora de enaltecer la vida diminuta en cuesta rápida. Este ser lleva en su alma la Bayamesa. Y aprovechando el marco le sugiero al periódico consigan un editor.