El compromiso de ser padre

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Por Andy Zamora Zamora | 17 junio, 2018 |
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FOTO/ Andy Zamora

Escuchó la alarma del reloj y no reparó en levantarse. Luis Cedeño Rodríguez, alistará a su pequeño, para llevarlo al Seminternado, donde estudia, perteneciente al municipio granmense de Cauto Cristo.

Cada mañana, el profesor construye el futuro de su hijo con el ejemplo de protección, afecto y cuidado, necesarios para el desarrollo y la educación de este.

El infante comparte también con su mamá, pero el pedagogo, suele ganar el cariño de sus dos retoños, porque conversa con ellos y su sensatez le permite remitirse a las aspiraciones de quienes a su corta edad desconocen el significado de ser padre, pero el maestro responde.

“Ello no se aprende en una academia por mucho brillo pedagógico que esta posea, los que enseñan a ser padres son los hijos, todos los días aprendemos de ellos. Los niños conocen muchas veces más de lo que los adultos en ocasiones valoran, asegura el papá.

“Se trata de una actitud responsable porque es un sentimiento que no significa el cumplimiento de un patrón, sino que depende de una razón humanista, es uno de los valores más nobles que puede albergar el ser humano.

“El compromiso social de velar por el desarrollo de los actos de los pequeños, más que la pensión alimentaria, responde a sus necesidades de formación acordes con los principios de la Revolución.

“Hay que mostrar las normas de conducta para que sepan cómo comportase.

“Ha sido un reto comprender sus comportamientos, asumir sus códigos como la forma de llegar mejor a la satisfacción de su espiritualidad, sin sobreprotegerlos.

“La proyección del mañana de los pinos nuevos dependerá de nuestras preocupaciones por visitar la escuela donde estudian, conocer sus amistades y sus sanas ambiciones.

“Cuánto significa el tiempo que pasamos juntos, «lo digo en la doble condición, porque también tengo a mi progenitor al que le debo mucho».

“No todos los hombres tienen la oportunidad de procrear, resulta un don y por tanto, a la hora de hacer crecer a los vástagos debemos tener la madurez para asumir ese deber sagrado, confirmó el entrevistado.

“Siempre contamos con baluartes y Carlos Manuel de Céspedes fue, no por casualidad, sino por principios, el merecedor del reconocimiento.

“Fue además de otorgar la libertad a sus esclavos, quien los llamó hermanos, a fin de reconocerles seres humanos, a quienes antes solo eran vistos como instrumentos de trabajo.

“El hecho de valorarlo, significa hablar de Céspedes entre signos de admiración, porque así como la familia, la patria tiene padres fundadores.

“Para orgullo nuestro, encontramos a un abogado de profesión, como motor de arranque de una gesta que simbolizó la forja de la nacionalidad, con ese llamado viril a unirse todos por un objetivo en común: la independencia.

“Sus sacrificios calaron porque actuó sin miramientos, sin vacilar, sin recordar su nacimiento en «cuna de oro».

“Fue el pensamiento cespediano, el que nos mostró el camino de la entrega incondicional. Hubiese errado el iniciador de las gestas libertarias si consideraba la propuesta de entregar las armas a cambio de la vida de su hijo Oscar, este estaba muerto desde dos días antes.

“Cuando Céspedes abrazó a sus amigos de lucha, hizo germinar en la tierra esas dotes de buen padre que debemos poseer quienes contamos con esa posibilidad, concluyó Cedeño Rodríguez.

Este lunes, el reloj volverá a marcar el reencuentro con sus manecillas donde padre e hijo en el amanecer asumirán juntos nuevos compromisos.

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