El “derecho” a ser profesor

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Por Soldania Laurencio | 26 noviembre, 2020 |
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FOTO/ Yordanka González Arceo

Probablemente, cada vez que escuchamos hablar de un buen profesor de Matemática, lo primero que pensamos es en alguien mayor que se ha profesionalizado en esta ciencia o en una afín, tal como Economía, Computación o Contabilidad. Sin embargo, el profesor Pedro Castellanos es apenas un joven de 28 años que estudió nada más y nada menos que Derecho. Supe de él a través de Milena, una colega y amiga, cuya hija es alumna de este educador al que le gusta el baile, la lectura, la música, los animales y que a su corta edad es ya un respetado docente en esta materia.

“Pasé trabajo con los productos, me los vine a aprender con toda sinceridad en quinto grado, usaba mucho los dedos para poder maniobrar las estrategias que me inventaba para poder calcular, con los dedos de las manos, incluso, con los de los pies.  Hace poco tiempo fue que desperté mi pasión por las matemáticas, cuando comencé a ayudar a mis compañeros, en el preuniversitario. Fue creándose una especie de hobby y me fui inclinando hacia ella. Tuve una profesora que me decía que el conocimiento compartido era sabiduría multiplicada, y que bien se siente cuando uno pone su conocimiento en servicio de otros que lo necesitan”, comenzó el diálogo.

De andar inquieto en el aula y hablar constante, no hay alumno que en momento alguno manifieste signos de cansancio o aburrimiento, utiliza en todo momento la motivación como arma fundamental e imbrica con la actualidad el contenido.

“Conociendo bien la teoría de Leibniz y los aportes que hizo a esta Descartes, podrán entender de dónde salen los modelos matemáticos con que nuestros científicos predicen qué sucederá con la Covid-19, cómo funciona la televisión y todo lo que surge a su alrededor, el movimiento, el sonido, la bolsa de valores, la cantidad de organismos que se multiplican en otro, todo”, precisa.

Es hoy un abogado que adentra a sus discípulos en el camino de la madre de todas las ciencias, pero que no siempre estuvo en el aula y no obstante, no abandonaría un camino al que considera se llega por aptitud, más que por actitud.

“Estudié Derecho en la Universidad de Oriente, un privilegio, porque allí aprendí muchísimas cosas, a vestirme, a expresarme, a leer, cosas que no hacía habitualmente las aprendí allí. Fue el lugar donde me vinculé con los matemáticos, por la cercanía de las facultades y en mi tiempo libre, aprendía cosas que no conocía. Estuve en Fiscalía, en el bufete, en el Tribunal Provincial en Santiago. Creo que el derecho es necesario en la vida de todos los cubanos. Y me hice abogado, pero siempre me mantuve estudiando matemáticas porque no podía divorciarme de los números.

“Pienso que para ser profesor no es necesario estudiar en una escuela de pedagogía, porque cuando hay vocación y hay amor por lo que se hace, no se necesita. No estuve en una escuela pedagógica, pero lo que quería hacer exigía que yo tuviera que entregarme y conocer elementos de la educación que no sabía. Tuve que estudiar didáctica, pedagogía, psicología del aprendizaje, para poder ir adaptando lo que quiero enseñar de una mejor manera”, afirma.

– Y si volviera a nacer, ¿el Derecho o la Matemática?

“Si volviera a nacer, otra vez sería profesor. No lo dudaría, de verdad que no, como un hobby o como lo que fuera, pero volvería a ser profesor, porque es algo para lo que me siento, muy, pero muy dispuesto”, señala satisfecho del camino que desanda en el Pre-universitario Francisco Vicente Aguilera, de Bayamo.

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  1. Estricto? Sí, mucho, pero tiene un no se qué que hace q te enamores de esta ciencia. Fuy su alumno y a día de hoy orgullosamente afirmo q es el mejor profesor que he tenido. Destacar la forma en la q combina las mates con la historia, a la hora de impartir una nueva materia nos explicaba quién la desarrolló y cómo…
    Estricto? Sí y mucho pero sumamente preocupado por sus estudiantes. Un abrazo inmenso a mi mejor profe

  2. Mis respetos para este grande de las aulas. Horas de entrega desinteresada para cada estudiante, respaldan sus buenos resultados. Ojalá muchos tengan el privilegio que tuvo mi hija de tenerlo como profe. Éxitos Pedro!!!!! Muchos otros necesitan tu ayuda y tu enseñanza , Adelante!!!!

  3. Linda historia con la que me identifico. El amor por la pedagogía se reconoce a cualquier edad. Afortunadamente este joven conoció esta pasión temprano y ahora puede integrar sus conocimientos con su formación universitaria y aprovechar el espacio del aula para brindar a sus alumnos sus conocimientos jurídicos, tan necesarios en la actualidad. Felicidades