El despertar del azúcar

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Por Agencia Cubana de Noticias (ACN) | 8 diciembre, 2015 |
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Producción azucarera  En Cuba, cada año, durante los meses de noviembre y diciembre, el azúcar se despierta después de dormir varios meses envuelta en el color verde tierno de las cañas y columpiada al compás del viento.

Un poco distante de esos sembrados se escuchan fuertes e incesantes sonidos de hierros. Son los ingenios azucareros, que sacuden la modorra de la inactividad y prueban la calidad de las reparaciones previas a la arrancada de la zafra azucarera.

Esta industria es parte del patrimonio cultural cubano: una fuerte aristocracia nació en el siglo XIX con las ganancias obtenidas del crudo, que era generado por los nobles esclavos traídos desde el lejano continente africano.

La producción de azúcar es un proceso ininterrumpido en el que participan miles de personas. Desde que la caña sale del campo, hasta que el azúcar  llega a los almacenes, han sucedidos horas y horas de intensa labor, en las cuales una mínima pérdida de tiempo resulta fatal.

Para asegurar durante los 125 días de zafra una fabricación
eficiente, los cañeros de los nueve centrales de Villa Clara que
molerán este año disponen de  186 combinadas, las cuales aseguran que el corte se mantenga durante 24 horas y las cañas lleguen frescas a los ingenios.

Juan Carlos González Cartaya, especialista de mecanización del territorio, relata que en esta zafra intervendrán  31   modernas cortadoras brasileñas marca CASE, las que están provistas de fuertes esteras que le permiten avanzar en suelos cenagosos e irregulares.

Las máquinas son potentes, la cabina es amplia y está climatizada. Los aditamentos con que cuentan, permiten que las cañas se limpien bien antes de entrar al ingenio, eso disminuye al mínimo las paradas por materias extrañas en los basculadores, asegura.

Carlos García, operador de una de las CASE del ingenio Héctor Rodríguez, en Sagua la Grande,  tiene, al igual que los más de 300 obreros de esa fábrica, la misión de iniciar la zafra en Villa Clara.

Junto a su reluciente máquina asegura que este año sí obtendrá la condición de millonario, porque trabajarán tres turnos diarios.

Pedro Montenegro, director de la fábrica sagüera, refiere, por su parte,  que entre las variantes previstas está que el flujo productivo se realice con más agilidad y precisión.

Detalla el directivo que inmediatamente después del corte un pelotón agrícola resanará las cepas que se dejan para la venidera cosecha y alistará las tierras ya vacías.

Esa manera de trabajar garantizará una atención más esmerada a la parte agrícola del proceso azucarero, en aras de lograr mejores plantaciones y mayor rendimiento agrario, afirma.
Las nuevas técnicas vienen acompañadas de conocimiento y trabajadores altamente capacitados. En el \”Héctor Rodríguez\” ingenieros mecánicos, químicos, y licenciados en Informática integran la nómina.

Montenegro asegura que  desde la dirección del ingenio hasta los talleres, todos los trabajadores poseen una u otra capacitación, lo que les permite asimilar los adelantos científicos, y responder a las exigencias actuales de la gran industria.

Cuba cambia con los tiempos y asume las exigencia  del siglo XXI, atrás quedaron los años en que la negrada esclava entonaba cantos de sufrimiento y dolor cuando andaba hacia los campos.

Solo recuerdos quedan de cuando  miles de macheteros derribaban manualmente las cañas para extraerle el dulce que identificó al país en el mercado internacional.

Ahora todo es distinto, combinadas enormes, fuertes y modernas, junto a  sistemas automatizados para el control de las operaciones fabriles y la calidad, cambian totalmente la realidad azucarera de esta Isla, identificada desde hace centurias como una gran productora de azúcar.

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