Frank País fue cobardemente asesinado en plena calle, el 30 de julio de 1957, joven de mirar profundo y sonrisa franca, que conminaba a los santiagueros a un batallar sin tregua contra la dictadura batistiana.
Quienes lo conocieron bien, sabían de su inteligencia, de su carácter y de su integridad; sus compañeros de lucha pudieron comprobar en más de una ocasión cuánto había en Frank de grande y prometedor.
No por casualidad Frank Isacc País García, nació en Santiago de Cuba ni tampoco que lo hiciera un 7 de diciembre, día en que cayera en combate Antonio Maceo Grajales, aunque con una diferencia de 36 años, pues el Titán de Bronce murió en 1898, mientras Frank venía al mundo en 1934.
Se incorporó de inmediato la organización Acción y Sabotaje que dirigía, al Movimiento Revolucionario 26 de Julio
Frank fue un estudioso incansable de la Historia de Cuba y especialmente de las obras de José Martí, con lo que aprendió a amar a la Patria y a defenderla hasta sus últimas consecuencias.
Desde muy temprano se sumó al bando de los que luchaban contra las injusticias, aunque sus actividades revolucionarias comienzan verdaderamente a raíz del golpe de estado del 10 de marzo de 1952.
David estudiaba para entonces en la Escuela Normal de Santiago de Cuba, donde se tituló como maestro y es donde salen a la luz sus grandes cualidades como conductor de las masas. Convertido en un verdadero líder estudiantil, se le ve constantemente en las calles dirigiendo manifestaciones juveniles, distribuyendo propaganda y escribiendo artículos que condenaban a Batista y a quienes lo sustentaban en el poder.
Se incorporó de inmediato la organización Acción y Sabotaje que dirigía, al Movimiento Revolucionario 26 de Julio, una organización creada por Fidel y cuyos integrantes habían demostrado su pujanza en el asalto al Cuartel Moncada, antes de partir hacia México, en 1955.
En un gesto de infinito amor, admiración y respeto, el pueblo se lanzó a las calles, Santiago de Cuba, vio pasar por sus calles una multitud
El prestigio de Frank fue creciendo, con cada acción de sabotaje que se llevaba a cabo contra el tirano, al propio tiempo sus personalidad se definía como indiscutible dirigente revolucionario.
Desde octubre del 1956, luego de su entrevista con Fidel comienza a ultimar los detalles del Levantamiento Armado de Santiago de Cuba para apoyar el desembarco del yate Granma. Librando diferentes acciones y organizando el levantamiento lo sorprende la muerte.
Los esbirros lo asesinaron vilmente junto a su amigo y compañero de lucha Raúl Pujols y pretendieron callar su muerte. Su vida revolucionaria estaba en plena madurez a pesar de contar solamente con 23 años de edad.
Un grupo de mujeres santiagueras, dignas de la estirpe de Mariana Grajales, llegó al Cementerio Santa Ifigenia acompañando a Rosario García, madre Frank, rescataron los cadáveres y los trasladó a su casa.
Cada 30 de julio, en esta urbe la tarde se torna gris, silenciosa y triste, los santiagueros rememoran el fatídico día
Luego, con el consentimiento de Doña Rosario, la dirección del Movimiento Revolucionario 26 de Julio, llevó el féretro para la vivienda de de su novia, la joven América Domitrov ubicada en Heredia esquina a Clarín.
Allí fue vestido con el glorioso uniforme Verde Olivo y en sus hombreras se colocaron las insignias de Coronel, sobre su pecho una boina rojinegra y sobre esta una flor blanca. Solo entonces supo el pueblo de Santiago y de toda Cuba quién era Frank País García.
En un gesto de infinito amor, admiración y respeto, el pueblo se lanzó a las calles, Santiago de Cuba, vio pasar por sus calles una multitud, que según lo recoge la historia fueron 20 cuadras de una marea humana, que peregrinó hasta el cementerio acompañando a uno de sus más queridos hijos.
Los esbirros nada pudieron contra aquel pueblo que había transformado su dolor en ira. Con el triunfo de la Revolución el pueblo cubano reivindicó a sus héroes y como tributo permanente de recordación, se instituyó el 30 de julio, como el Día de los Mártires de la Revolución.
Cada 30 de julio, en esta urbe la tarde se torna gris, silenciosa y triste, los santiagueros rememoran el fatídico día, y desde 1959, las principales calles santiagueras se estremecen al paso de la multitud igual que en el 57, en peregrinación hasta la tumba del inolvidable Frank País García.