El hecho que marcó la vida de un rebelde

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Por Yelandi Milanés Guardia | 8 enero, 2020 |
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FOTO Luis Carlos Palacios

Cuando Carlos Fraga Moreno tenía 15 años de edad no pensaba que sería protagonista de un hecho trascendental en la historia de Cuba. Meses antes del triunfo revolucionario se había incorporado al Ejército Rebelde y sin imaginarlo, luego de alcanzar la victoria, se vio enrolado en la Caravana de la Libertad.

A 61 años de aquel memorable acontecimiento Fraga Moreno accedió a develar recuerdos a La Demajagua.

“Después de tomar a Santiago de Cuba me uno a la caravana y recibo la misión de estar al frente de un tanque de guerra conducido por los soldados batistianos.

“Salimos de Santiago de Cuba el día 2 de enero alrededor de las nueve de la mañana y llegamos a Bayamo casi anocheciendo, pero antes de llegar a la Ciudad Monumento Nacional el Comandante en Jefe se entrevistó en Cautillo con los militares de la tiranía.

“En Bayamo ocupamos todas las armas y rendimos alrededor de 2 mil soldados. Una de las cosas que más me impresionó fue como en esta urbe pudimos desarmar a tantas personas”.

A este veterano combatiente le llamó mucho la atención, a pesar de su escasa edad, ver en todos esos pueblos la multitud de personas que se aglutinaban en torno a ellos y sobre todo a Fidel.

“Él iba hablando con el pueblo en cada territorio por el que pasaba la caravana, y las personas le daban muestras de alegría y compromiso con la naciente revolución.

“Cuando llegamos un día como hoy a La Habana nos dirigimos al cuartel Columbia, hoy Ciudad Escolar Libertad, y el barbudo rebelde les hablo a las fuerzas batistianas para evitar fricciones y derramamientos de sangre.

“Luego tuve el privilegio de estar 11 meses en la guarnición de la casa de visita de Fidel y de Celia en Cojimar, La Habana. Recuerdo con ternura que fueron muy cariñosos y se preocuparon porque comenzáramos a estudiar, pero lamentablemente la Lucha contra Bandidos (LCB) interrumpió mis estudios”.

Por causa de la LCB vino para Granma a combatir en esta zona a los alzados y aquí se asentó con su esposa. Posteriormente, ocupó varios cargos como jefe de unidades militares, batallones y tropas en la región oriental. Pero, sin dudas, unos de sus momentos más gratos en la vida han sido la Caravana de la Libertad y estar de cerca de Fidel.

“Nuestro máximo líder fue y es para nosotros lo más grande de este mundo, y la viejas y nuevas generaciones debemos luchar para mantener la revolución que el inició. Me alegra saber, al participar en la rememoración de este hecho tan inolvidable, que el relevo está seguro”.

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