Por primera vez, inició la siembra de maíz para sustituir su importación, en áreas dedicadas a cultivar arroz en la Empresa agroindustrial de granos Fernando Echenique, en Granma.

El proyecto responde a la necesidad de aprovechar parte del fondo de tierra estatal y del movimiento cooperativo y campesino, actualmente en reposo, con la plantación de este otro grano, destinado a producir piensos para el alimento animal.

¨En este momento, laboro en la Unidad Empresarial de Base La Gabina, dijo Héctor Montero Yero, operador de  una moderna máquina sembradora, de procedencia brasileña.

“Me siento  contento con lo que estoy haciendo; el trabajo es cómodo, el equipo lo humaniza y garantiza la calidad por la exactitud al depositar la semilla¨.

Oriundo del poblado de Veguitas, en Yara,  Montero Yero  destacó los cambios en la actividad agrícola en los últimos años y que le reporta, además, mayor ingreso salarial, al estar vinculado  a los resultados finales.

Desde la zona de Mabay llegaron, hace varios días,  Damián Martínez Hung y Abel Estrada Álvarez, operadores de la máquina (enrollado) de riego por aspersión, de la Unidad empresarial de atención a productores cañeros Arquímides Colina Antúnez, de Bayamo.

Ellos, a pie de surco y consagrados a su quehacer, mantienen  el regadío del suelo,  metro a metro, durante  las 24 horas, para contribuir a una buena germinación y rendimientos en la plantación.

Mientras, Julio Montero Lafita, especialista en Riego,  resaltó la efectividad  de lo que están haciendo, con la entrada  gradual de los medios y la disposición del colectivo  para  recoger los frutos y demostrar que sí se puede.

Rodolfo Roblejo Moreno, especialista principal de cultivos varios en la empresa, señaló los retos de la tarea, al tratarse de suelos con alta plasticidad y deficiente drenaje.

“Estamos enfrascados en cambiar la categoría de estas tierras con una preparación profunda, siembra sobre canteros, regulación del riego y fertilización aérea con fórmula completa”.

Explicó  que  enfatizan en el manejo integrado del cultivo, para evitar el ataque de plagas y enfermedades.

Roblejo Moreno subrayó que la aspiración es superar las dos toneladas por hectárea, lo que resulta factible  a partir del uso  riguroso de  la tecnología y la aplicación de la ciencia y la técnica.

Adelantó que  la cosecha será,  dentro de algunos meses, totalmente mecanizada  con el apoyo en la recolección de equipos del programa Más alimentos y  el compromiso de aportar dos mil toneladas  de maíz seco.

La experiencia abarcará  más de mil hectáreas e  incluirá  otras unidades y cooperativas vinculadas a la rama arrocera, que  presentan similar situación con sus tierras.