Los nombres de Albert Einstein, Edsger Wybe Dijkstra, Carlos Juan Finlay y Barrés, Raimundo Reguera Vilar y Dmitri Ivánovich Mendeléyev aparecen en las puertas de cinco locales de la segunda planta del Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas (Ipvce) Silberto Álvarez Aroche, emplazado en el barrio Las Tamaras, a la salida de Bayamo hacia Santiago de Cuba.
Los patronímicos de esos grandes científicos identifican los recintos donde alumnos de esa y otras instituciones educacionales de la provincia de Granma, sudeste de Cuba, entrenan en las especialidades de Física, Computación, Biología, Matemática y Química, con vistas a su participación en copas, concursos y olimpiadas de conocimientos, dentro y fuera de su país.
ATENCIÓN PRIORIZADA
El joven director del Ipvce granmense, Máster en Ciencias Yanel Álvarez Gómez, dice que el Centro de entrenamiento es parte importante de la estrategia de Educación en Granma, para apoyar a los escolares más talentosos, desde la Enseñanza Primaria, por lo que la atención a su funcionamiento es priorizada y sus profesores están liberados a tiempo completo para entrenarlos.
Álvarez Gómez refiere con orgullo que en los últimos años su escuela se encuentra entre las tres más aportadoras de alumnos a la preselección nacional y a delegaciones a olimpiadas de conocimientos. En el curso escolar anterior fueron cuatro, de ellos uno ganó medalla de plata, otro de bronce y uno obtuvo Mención de Honor.
ENTRENADORES Y ENTRENADOS
El profesor de Informática, Raidel Marichal Aguilar, acumula la mayor cantidad de tiempo como preparador, pues empezó en 1997.
Cuenta que la motivación le nació cuando estudiaba en la Universidad, al seleccionarlo alumno concursante y comenzar a “adquirir nuevos conocimientos”.
Entre sus pupilos siempre predominan los varones, al punto de haber estado, asegura, solo dos hembras en diferentes cursos. Ahora hay una, Malena García Almestro, de décimo grado, quien manifiesta: “Siempre me ha gustado la Informática, por eso cuando entré aquí (al Silberto Álvarez) la escogí para entrenar y pienso mantenerme”.
Para Uberlando Labrada Casí, entrenador de Física, la gratificación a las muchas horas de labor frente a estudiantes, “es ver cómo aprenden y después se hacen grandes profesionales y contribuyen al desarrollo económico y social de Cuba”.
Su única preocupación es que “un día no pueda estar en esta tarea, porque me gusta muchísimo”.
La preparación que reciben los jóvenes “les sirve para toda la vida, tanto estudiantil como laboral; por lo general, después son de los aventajados en las universidades, siempre están involucrados en investigaciones, exámenes de premio, olimpiadas y eventos científicos”, declara el Doctor en Ciencias Pedagógicas, Eduardo Pérez Almarales, entrenador de Matemática.
Añade que el entrenamiento les desarrolla habilidades intelectuales y valores morales, son consagrados, perseverantes, tenaces y saben buscar las mejores alternativas en determinadas situaciones.
A los muchachos del Silberto Álvarez no hay que rogarles para que hagan declaraciones a La Demajagua, sobre sus motivaciones para entrenar.
“A mí me gusta concursar desde la Primaria, porque uno se desarrolla y gana habilidades en el pensamiento lógico, que tiene mucha aplicación en la cotidianidad”, expresa Abdel Borrell Gamboa.
Marcos Rodríguez y Claudia Cueva, manifiestan su admiración por Albert Einstein, quien dedujo la ecuación de la Física más conocida a nivel popular: la equivalencia masa-energía, E=mc², y autor de la teoría de la relatividad general.
Alianet Santiesteban quiere obtener conocimientos; Ernesto Soto, Roberto Rodríguez y Rachel Domínguez, conseguir buenos resultados para ayudar a la escuela.
INCOMPRENSIÓN FAMILIAR
Los estudiantes entrenan una vez a la semana y por las noches, en los locales correspondientes, según sus asignaturas, salvo en vísperas de competencias, como la reciente II Copa y Concurso de conocimientos, ambos de carácter nacional, cuando la preparación se intensifica.
En las demás jornadas hábiles, reciben las clases según programa, en sus aulas.
Asterio Marrero Machado, coordinador del Centro provincial de entrenamiento, asevera que este tiene gran importancia, porque en él los estudiantes más talentosos de la provincia se preparan para el futuro.
“Sin embargo, lamenta, no siempre logramos que todos los alumnos con potencialidades para ingresar, lo hagan, porque sus padres se oponen al pensar que les roba tiempo al estudio de las demás asignaturas, pero es lo contrario, está demostrado, quienes pasaron por aquí, ocupan hoy puestos claves en la economía y en instituciones científicas”.
UN OLÍMPICO
En 32 olimpiadas internacionales realizadas en 23 países, desde 1992 hasta el 2016, han participado 33 alumnos del Silberto Álvarez Aroche, de ellos, uno aún se encuentra en el centro: Norberto Tamayo León.
El joven, oriundo de Pilón, asistió el año precedente a la Olimpiada Iberoamericana de Química, en Colombia, en la que obtuvo Mención de Honor, “gracias a la dedicación personal, el trabajo del profesor Asterio (Marrero Machado) y al apoyo de la escuela”, expresa.
Comparado con planteles de igual tipo, por ejemplo, los de La Habana y Holguín, el Ipvce granmense resulta pequeño, por su matrícula de 672 alumnos, pero su quehacer en la preparación de estudiantes para competiciones de conocimientos es grande.
Lo demuestran los resultados de sus alumnos participantes en las distintas “competencias” de saberes y que de sus cinco entrenadores, cuatro lo son, también, del Centro nacional de entrenamiento: Raidel Marichal Aguilar, Eduardo Pérez Almarales, Uberlando Labrada Casí y Saúl Suárez López, profesor de Biología.
Es, por tanto, una gran cantera olímpica.
Me alegra de modo extraordinario leer esta nota. Soy fundador de este centro y su primer entrenador de estudiantes concursantes de Matemáticas. Felicidades les deseos y todos los éxitos posibles desde Saurimo, Amgola donde cumplo misión. Nos veremos.
Gracias, Eduardo, por comentar. Le deseo éxitos en su misión
Saludos, soy pinareño y cuando laboraba en el IPVCE Federico Engels de Pinar del Río, visité este IPVCE en 1989. Con estudiantes seleccionados de esa institución, ascendimos el Pico Turquino, fue una contienda de preparación para la Defensa, muy divertida y útil. Hicimos un viaje de estímulo a buenos trabajadores y estudiantes. Un saludo para todos sus profesores, estudiantes y dirigentes. En aquel momento Prisciliano era su Director. Ellos vinieron a Pinar al siguiente año y los recibimos como hermanos de combate en el trabajo y el estudio. Un saludo revolucionario, pinareño y pedagógico para ellos. Gracias. Todos los días leo algo de La Demajagua.
Profesor, gracias por su comentario y por leer esta publicación. Ascender al Pico Real del T urquino es una experiencia inolvidable, máxime si es compañía agradable.
Como cambian los tiempos. yo me gradue en el 2012 y no se podia tener en ese IPVCE ni un misero celular, estaba prohibido llevarlo, para evitar los hurtos, amen de que eran los menos los que lo llevavan pues muy pocos tenían. Hoy en dia veo que la primera imagen es un estudiante en el aula con laptop, movil y de todo. Ojala y todo siga asi, el desarrollo siempre será bienvenido.
Todo el desarrollo que llegue en bien del desarrollo de la ciencia y de la sociedad es provechoso. Seguiremos utilizando todos los medios tecnológicos que aparezcan. Tenemos que cambiar las políticas escolares con el desarrollo tecnológico.