El trofeo más valioso de la Columna 8

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Por Yelandi Milanés Guardia | 31 agosto, 2020 |
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El Che, dando orientaciones en la batalla de Santa Clara

Cuando el 31 de agosto de 1958 salió el Comandante Ernesto Guevara de la Serna, desde El Jíbaro en el actual territorio de Bartolomé Masó, al frente de la Columna 8 Ciro Redondo, lejos estaba de imaginar que su mayor trofeo de guerra en esa arriesgada empresa sería la batalla de Santa Clara.

A la cabeza de alrededor de 140 hombres partió el guerrillero argentino de la serranía granmense, con el objetivo de batir incesantemente al enemigo en la parte central e interceptar los movimientos de tropas contrarias.

Diez días antes el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz había firmado la orden militar, en la que le asignaba la misión de marchar hacia Las Villas. A la vez que designaba al Che como jefe de todas las unidades insurgentes que operaban en esta zona del centro de Cuba.

El líder histórico de la revolución cubana le otorgó facultades para coordinar operaciones, planes, disposiciones administrativas y de organización militar con otras fuerzas revolucionarias, las cuales accionaban por esos lares y debían ser invitadas a integrar un solo cuerpo armado, en el cual el Ejército Rebelde debía tener protagonismo, por ser los barbudos los más destacados en la cercana derrota del dictador Fulgencio Batista.

Particularmente difícil resultó el tránsito por el territorio de Camagüey, con un relieve llano y surcado por numerosas vías de comunicación. Burlando cercos y emboscadas, combatiendo cuando fuese necesario, evitando pérdidas de hombres y municiones así se desarrolló la invasión.

Las órdenes de liberar poblados, organizar unidades de combate, batir al enemigo, ocupar sus armas y unificar las fuerzas revolucionarias, fueron cumplidas cabalmente.

En su periplo hasta La Habana la batalla de Santa Clara, acaecida en los días finales de diciembre de 1958, se erigiría como el más preciado triunfo de esta aguerrida columna y como una de las proezas militares en las que Ernesto Guevara, dio muestras de su genialidad como estratega militar.

Fue tanto el coraje y valentía derrochado por el Che y sus subordinados durante la épica batalla, que desde entonces el guerrillero argentino quedó indisolublemente unido a la historia de esta ciudad, a tal punto que al recuperar sus restos mortales y los de varios compañeros que pelearon en Bolivia, fue escogida la ciudad de Santa Clara como sede del complejo monumental en honor de Guevara de la Serna y sus combatientes.

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