Cuando se haga el recuento histórico obligado de la Operación salud en la suroriental provincia cubana de Granma (campaña intensiva contra el mosquitos Aedes aegypti), será preciso incluir, como un ente de extrema importancia, a los compañeros del Centro provincial de Electromedicina.
Aunque la población quizás no los reconociera entre quienes semanalmente visitaban sus hogares, allí estaban, junto a los reservistas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, a los operarios de vectores, a los estudiantes de Medicina…, como un puntal imprescindible para garantizar la sostenibilidad del equipamiento.
Pastor Vasallo, director del Centro provincial de Electromedicina, ubicado en Bayamo, siente satisfacción por la encomiable labor desplegada “por sus muchachos”, quienes hicieron en las dos etapas de la Operación salud mil 41 reparaciones, de las cuales 60 fueron en la entidad y las restantes en las áreas.
“Desde que comenzó la Operación, las roturas oscilaron diariamente entre 35 y 40, lo cual fue posible solucionar sin atrasos porque aplicamos una estrategia que resultó eficaz, ubicar un electro médico en cada brigada de tratamiento adulticida intra y extra domiciliario.
“Nuestro personal trabajaba hasta muy tarde en la noche, para dar mantenimiento diario a todos los equipos y alargar así su vida útil y su funcionamiento estable. Lavaban todo con detergente y dejaban limpios los tanques de producto y de combustible, para por la mañana volverlo a habilitar y salir a trabajar.”
Vasallo habla con ímpetu y un altísimo sentido de pertenencia de sus 233 trabajadores, y en esta ocasión, específicamente de los 32 que asumieron esta importante y difícil misión.
“Nuestro personal tuvo un resultado satisfactorio, ningún equipo causó baja técnica, no obstante el déficit de piezas. Fueron horas extras trabajadas, fines de semana, teníamos aquí, en el taller provincial a dos compañeros, para solucionar las roturas imposibles de arreglar en el área.
“Es meritorio que de ese equipo, sólo dos son electromédicos especialistas en el equipamiento, y los otros 30 ingenieros de otras tecnologías, quienes recibieron un curso de preparación en termonebulizadores (bazuca), motomochilas y aspresores, los tres equipos que se usan por lo compañeros de vectores.”
CAPACIDAD CREADORA
Aunque al comenzar la Operación los equipos estaban en buenas condiciones técnicas, la falta de piezas puso a funcionar, y de qué manera, la capacidad creadora de estos hombres.
“Fuimos capaces de innovar algunas piezas, las que más se rompen, -explica Pastor- por ejemplo, mandamos a hacer la Cámara de combustión a Santiago de Cuba, y logramos una fabricación que cumpliera con las roturas, además, con el apoyo de los compañeros de Gases industriales que nos suministraron el gas argón, pues tenemos la máquina de soldadura, fabricamos las boquillas de los dosificadores; hicimos dosificadores, y tornillería.
“Innovamos también las correas, primeros y únicos del país en hacerlo, lo que ahora se va a generalizar.
“Se hicieron cien correas de un día para otro, con una materia prima interna, que igual a las restantes innovaciones, no generó gastos ni inversión del presupuesto.
“Concluida la tarea entregamos certificados de reconocimiento y estímulos materiales a quienes laboraron en la Operación salud.”
Ramón Calzada Castillo, jefe del Departamento Técnico resalta la planificación, disciplina y organización de toda la etapa, durante la cual, asegura, el factor humano fue esencial.
“Inicialmente -indica- se hacían rotaciones de los compañeros todos los lunes, luego se dejaron fijos por más tiempo para lograr mayor estabilidad del personal. Buscando alternativas, decidimos crear en algunos lugares un stop de bazucas para sustituir insitu las averiadas.
“Es destacable la actitud de Alexander Santos y Omar Prado, que hacían aquí las reparaciones de los equipos de la Campaña, sin descuidar el equipamiento médico en las unidades de salud, también bajo su responsabilidad.”
Por su parte, Vladimir Ramírez Hernández, subdirector técnico, destaca los electromédicos de los municipios de Cauto Cristo y Río Cauto (incluidos en la Operación, en la primera y la segunda etapas, respectivamente) que solucionaban allí las roturas con mucha dignidad.
No hay tarea pequeña ante la integridad, profesionalidad y disposición de personas capaces de agenciarse, con su esfuerzo, un lugar cimero en la sociedad.