
Con una tasa de mortalidad infantil de 3,9 fallecidos por cada mil nacidos vivos llegó la suroriental provincia cubana de Granma al cierre de los primeros 19 días de diciembre de 2015.
La doctora Mariela Véliz Fonseca, especialista de primer grado en Pediatría y jefa del Programa Materno Infantil en la provincial, al suministrar la información explicó que los restantes indicadores también se comportan de forma favorable: muerte materna directa en cero, reducidas las tasas de mortalidad preescolar y escolar, y el índice de bajo peso al nacer en 4, 5, por debajo de la media nacional.
Lograr la cifra señalada en el último aspecto obedece a una menor cantidad de embarazos en la adolescencia, a especial atención a las gestantes con desnutrición en los 14 hogares maternos del territorio, beneficiadas por el proyecto conjunto de Anemia, y por la labor en la Atención Primaria de Salud, consolidada por el trabajo en las dos maternidades granmenses.
Como causas de las muertes en menores de un año figuran las afecciones perinatales y las malformaciones congénitas complejas e incompatibles con la vida, el 90 por ciento de ellas sin diagnósticos prenatales. La red de genética provincial ha tenido un gran apoyo con la llegada de nuevos equipos de tecnología avanzada, y el entrenamiento de su personal.
Granma está entre las tres provincias del país que mantienen la tasa de mortalidad materna en cero, y mejora todos los indicadores.
Ese resultado, que aventaja incluso a países desarrollados, responde a la atención diferenciada a embarazadas y menores de un año, la consagración de médicos, enfermeras, genetistas, técnicos y otros trabajadores en el territorio granmense, además, es efecto de la remodelación y construcción de policlínicos dotados de modernas tecnologías, operadas por profesionales preparados y capaces, que afrontan limitaciones derivadas del criminal bloqueo yanqui contra Cuba.
Los esfuerzos se encaminan a materializar el propósito de cerrar con una tasa de mortalidad infantil de 3,5.