El encadenamiento productivo con la agricultura, le permite a la Industria Comercializadora Bayamo (Incobay) sustituir soya y harina de trigo por otras alternativas de arroz y maíz para concebir sus producciones ante el déficit de materias primas.
Otras variantes de encadenamientos productivos con la agricultura lo constituye la utilización entre un 50 y un 60 por ciento de los condimentos que hoy produce el país en mini fábricas de la agricultura y otras, con un impacto en la calidad y los volúmenes que hoy se alcanzan.
Durante largas y agotadoras jornadas de trabajo boga la industria comercializadora Bayamo (Incobay) para asegurar la alimentación del pueblo y buscar alternativas ante las limitaciones materiales que le impone el bloqueo estadounidense.
Esta unidad forma parte del sistema de la acuicultura en Granma, llamada a convertirse por su potencial en una de las principales fuentes de sustento para la población.
“Incobay, surgida a raíz de la adaptación de un frigorífico, procesa entre el 90 y el 95 por ciento de la captura de la acuicultura de este territorio”, comenta Jesús Sobrino Martínez, su director.
Debe además suministrar las dietas de pescado y la entrega de productos a la red de pescaderías y mercados ideales, además de sustituir importaciones y producir para la exportación.
“El complemento del proceso industrial se alcanza en el área de conformados de pescado, que como resultado del proceso inversionista elabora mensualmente entre 130 y 135 toneladas de pescado”, precisó Martínez.
Embutidos, chorizo, mortadella y croqueta, producto líder, son generados por Incobay para abastecer los municipios desde Jiguaní hasta Pilón.
Los mayores volúmenes competen a la producción de masa de hamburguesas, estofados y condimentados y de pescado, entre otros, destinados a pescaderías, mercados ideales, círculos infantiles, hospitales y organismos”, acuña Sobrino Martínez.