Enfermedades tropicales desatendidas afectan mil millones de personas

Share Button
Por | 25 agosto, 2015 |
0

Ginebra.- Las enfermedades tropicales desatendidas afectan a cerca de mil millones de personas, y en particular a las poblaciones pobres residentes en zonas de clima tropical y subtropical, señaló la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Varias de esas dolencias se agrupan generalmente en una misma región geográfica, y los pacientes a menudo están afectados por más de una, acotó la OMS en un comunicado reflejado en su página web.

Más del 70 por ciento de los países y territorios afectados por estas enfermedades tienen economías de ingresos bajos o medios-bajos, apuntó la entidad mundial de salud.

Las infecciones se asocian a la insalubridad del agua y a las malas condiciones de vivienda y saneamiento, agregó el reporte de la OMS.

Los niños son los más vulnerables a estas enfermedades que cada año matan o causan incapacidad permanente a millones de personas, que sufren dolor físico y estigmatización social de por vida.

Según la OMS, las poblaciones más pobres, residentes en zonas rurales remotas, barrios suburbanos marginales o zonas de conflicto, suelen ser las más afectadas por las enfermedades desatendidas, que persisten cuando hay pobreza.

Entre esos padecimientos destacan el dengue, la rabia, tracoma causante de ceguera, úlcera de Buruli, las treponematosis endémicas (pian), lepra (enfermedad de Hansen), Chagas, tripanosomiasis africana humana (enfermedad del sueño), leishmaniasis, cisticercosis, dracunculosis (enfermedad del gusano de Guinea) y equinococosis.

Asimismo, las infecciones por trematodos transmitidas por los alimentos, filariasis linfática, oncocercosis (ceguera de los ríos), esquistosomiasis (bilharziasis) y las helmintiasis transmitidas por el suelo (gusanos intestinales).

Afirma la Organización Mundial de la Salud que muchas de las enfermedades tropicales desatendidas pueden prevenirse, eliminarse, e incluso erradicarse si se mejora el acceso a intervenciones seguras y rentables ya existentes.

Su control -apunta- depende de intervenciones simples que pueden ser llevadas a cabo por personal no especializado (profesores, dirigentes de las aldeas, voluntarios locales) en acciones preventivas de base comunitaria.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *