No es una casualidad que el colectivo de la unidad empresarial de base central Enidio Díaz Machado, lleve 11 zafras consecutivas como la primera  en Granma y del país que cumple sus compromisos productivos.

Mucho tiene que ver en estos resultados los niveles de eficiencia, en específico el rendimiento industrial que, año tras año, alcanza con la exactitud de un buen reloj.

Para conseguir el propósito y rebasar en centenares de toneladas métricas del crudo lo previsto en la actual campaña, resultó decisivo ese importante indicador, al alcanzar 11.52 puntos, de 10.90 planificado, que los ubicó entre los mejores de Cuba.

Favorable es el comportamiento en la producción de azúcar ensacada y a granel, el recobrado, la pol en bagazo y cachaza; la miel, urea y bagacillo, estas últimas con destino al alimento animal.

También sobresalieron por el alto rendimiento base 96, calidad óptima del azúcar, entrega de energía al Sistema Eléctrico Nacional y el autoabastecimiento de corriente.

En los trabajadores y técnicos de Ceiba Hueca, en Campechuela, se conjugan factores que los enaltece: identificación con la fábrica, ejemplaridad y compromiso con el objeto social; a los que suman el sostenido crecimiento de la productividad, lo cual avala sus alentadores aportes económicos e ingresos salariales.

Allí responde la tradición azucarera de padre a hijo y nieto; la disciplina tecnológica y voluntad para enfrentar y resolver con agilidad los diversos obstáculos que provocaron, fundamentalmente, la intensa sequía y otras deficiencias de carácter subjetivo.

No obstante el tiempo perdido por cosecha y la caída de los rendimientos agrícolas, los agroindustriales sortearon las dificultades apoyándose en el suministro de materia prima desde otras unidades de la provincia, con más de 63 mil toneladas de caña.

La esencia de sus logros está en el amor y disposición del colectivo por hacerlo todo bien y ejemplifica el abnegado desempeño  en las áreas de recepción, generación de vapor, planta eléctrica y los molinos.