Aunque en la tarde de ayer, favorablemente, la suroriental provincia de Granma, como el resto del territorio oriental, volvió a la fase de normalidad, el posible paso de la onda tropical Erika posibilitó como saldo favorable la reafirmación de la preparación de todos los factores para enfrentar fenómenos naturales adversos.
Como ya es habitual en Cuba, ante la eminente amenaza de ese evento meteorológico, fueron activados durante la fase de alerta ciclónica, los consejos de defensa en composición reducida.
Por la situación atípica del fenómeno meteorológico, ajustaron las medidas y acciones a cumplir para proteger los objetivos económicos y garantizar la seguridad de la población, que preparada durante años para enfrentar este tipo de situación, se mantuvo todo el tiempo al tanto del recorrido del evento y de las orientaciones de la defensa Civil.
Este sábado la tormenta se disipó, aunque continuó generando lluvias sobre Cuba y otras zonas del Caribe; en Granma llovió después de las 9:30 de la noche, en magnitud discreta, pero es un poco de agua que agradecerán los cultivos, resentidos por la sequía de los últimos meses.
Hubo persistentes lluvias en toda la región oriental, pero fueron insuficientes para superar la situación crítica en los embalses debido a la peor sequía en medio siglo, informó la televisión cubana.
Este domingo amaneció con temperatura agradable, y la población se mantiene aún a la expectativa ante la posibilidad de alguna ocurrencia de lluvia.
De hecho, el Instituto de Meteorología cubano pronosticó que en la jornada lloverá y habrá tormentas eléctricas, pero en la región central de la isla, las que abarcarán en la tarde al occidente.