¿Es posible no sentir atracción sexual? (+ infografías y video)

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Por Melitza Vargas | 18 enero, 2022 |
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En una sociedad donde a menudo se canoniza el deseo carnal excesivo como parte infalible del ser humano, existen individuos que se sitúan en la otra cara de la moneda, los asexuales, también conocidos como ases o personas con orientación sexual invisible.

Desde las antiguas civilizaciones, el desinterés en el sexo es común, representado por los ángeles judeocristianos o diosas de la mitología grecorromana, tales como Minerva, quien dedicó su vida a la castidad; e incluso el filósofo griego Diógenes y la líder francesa Juana de Arco.

En la actualidad, personajes de libros y series televisivas encarnan la asexualidad, entre los que se puede citar a Sherlock Holmes de Sir Arthur Conan Doyle; Clara en la novela “La casa de los espíritus”, escrita por Isabel Allende y Lord Varys en la afamada serie de televisión “Juego de Tronos”.

Pero el asunto no queda en la ficción, ni en protagonistas de la historia, sino que entraña otra muestra de la sorprendente diversidad que conforma a la sexualidad humana en su conjunto.

Entrando en detalles

Varios especialistas coinciden en que la asexualidad constituye una orientación sexual en la cual un individuo experimenta poca o nula atracción erótica hacia otra, o solo percibe ese tipo de deseo rara vez en su vida y bajo circunstancias muy puntuales, pero no por la inclinación carnal que sienta por alguien en específico.

El término se rodea de prejuicios que van desde anomalías físicas, disfunciones sexuales o trastornos psicológicos, hasta la falsa creencia de que los asexuales son los candidatos “perfectos” para optar por la vida religiosa que requiere votos de castidad, convirtiéndose en monjas y sacerdotes.

Mas, la realidad es otra. De acuerdo a la sección Sexo Sentido, escrita por la periodista Mileyda Menéndez Dávila, en el periódico Juventud Rebelde, no debe catalogarse a esas personas como antisexuales, porque ellas no sienten repulsión enfermiza o miedo a tener contacto físico.

El hecho de que no les atraiga nadie no significa que padezcan una enfermedad física o mental, debido a que la esa preferencia no está determinada por un diagnóstico externo, pero sí por la identificación personal con esa tendencia. Prescindir del acto sexual no parte de reprimir sus deseos carnales, como sucede en el celibato o la abstinencia, añade además Menéndez.

Todavía a muchos les resulta difícil creer que una persona en realidad pueda ser asexual y otros desconocen por completo el tema, según la Red de Visibilidad y Educación sobre Asexualidad, el 1% de la población se define como asexual.

Un estudio publicado por la Revista Cubana de Medicina General Integral, en el 2015, explica que algunos asexuales, pese a que no sienten deseo sexual hacia otra persona, sí consiguen experimentar atracción romántica o intelectual dirigida a uno o ambos sexos, cuyo vínculo pueden materializar e ir de la informalidad hasta el matrimonio.

La investigación también refiere que los ases tienen reacciones biológicas como la erección y la lubricación vaginal; en determinados casos se masturban por necesidad fisiológica, no como respuesta a un estímulo. También son capaces de concretar relaciones íntimas por conveniencia o curiosidad.

El amor va mucho más allá del sexo para esos individuos, en los que hay otros componentes afectivos, como la familia y las amistades, que adquieren mayor valor en sus vidas, razón por la cual precisan la compañía de la gente que aman, disfrutan sus besos, abrazos y caricias.

Dentro del espectro asexual, las vivencias y los modos de vida de este colectivo son muy variados; la ausencia de atracción sexual hacia otras personas fluctúa en diversos grados, con peculiaridades propias en cada quien.

Con el catalejo al revés

A pesar de que más de 16 mil sitios en internet tratan sobre este asunto, en Cuba, los medios de comunicación no abordan con frecuencia el tema y, por tanto, la asexualidad queda prácticamente invisibilizada o poco comprendida.

Esta carencia en la educación sexual, unida a que en nuestro país prevalece una cultura marcada por el machismo y la arraigada creencia popular de que los cubanos son “calientes por naturaleza”; los hace en disímiles ocasiones discriminados, pues los tildan de homosexuales reprimidos o cobardes, por no intimar de manera íntima con otra persona.

La sexualidad humana posee diversidad y dentro de ella se reconocen diferentes tipos de orientaciones sexuales, por lo que resulta importante que aprendamos a respetar y coexistir en armonía con las particularidades de los demás, para que cada quien ejerza su derecho a seguir el ideal sexual que desea, de manera plena y segura.

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  1. Muchísimas gracias por tratar este tema. Yo soy demisexual. Si quieren saber más sobre mi experiencia como tal pueden contactarme. Agradecería que esto llegara al conocimiento de todxs. Y sobre todo se incluya en la educación sexual integral. Muchas gracias por esto