Despertar cada día, de lunes a a viernes, para Tony, es una tragedia. Debe ir a su aula de noveno grado, encontrarse con sus maestros e intentar dibujar su futuro. Sin embargo el dolor de cabeza se apodera de él apenas asoman las primeras luces del alba, mientras se viste con desgano un frío sube por su estómago y explota en la garganta.
La madre lo llama con insistencia, el desayuno humea en la mesa y las noticias llenan el espacio auditivo, invitando a asomarse al mundo.El chico se mira y el espejo le devuelve el estirón de la adolescencia, un rostro agraciado que va perdiendo poco a poco la inocencia, y el abdomen más redondo que lo deseado, nada que con ejercicios no pueda corregirse.
Al llegar a la Secundaria el grupo de jodedores está en su puesto de mando a la entrada. Ahí están todos los especímenes, los pavos que enseñan su cola multicolor, los bisontes, siempre dispuestos a envestir, y las hienas, que no se atreven a decir ni ¨jota¨ por si solos, pero que junto al grupo de ¨depredadores¨ se sienten protegidas y muerden a cualquiera.
Tony tiembla cuando escucha los adjetivos que le tienen preparado, cuenta hasta cien y no se detiene, por suerte, detrás viene Laura, su compañera de clases que no tiene miedo enfrentar las groserías y lo hace con firmeza. Ella se ha convertido en su hada madrina, pero no siempre está cuando el problema aparece.
Aunque se sabe diferente, Tony prefiere no hacer públicos sus sentimientos y deseos. ¿Quién lo comprenderá? Por cada lado que mira los comentarios homofóbicos son claros. Su papá quiere un ¨macho, varón, masculino¨ o se queda sin hijo. En la escuela, muchos profesores también sostienen idéntico discurso, muy pocos y a discreción, defienden la diversidad.
Ausentarse, llorar, abandonar la escuela e incluso atentar contra su vida, son pensamientos que han pasado por la mente de Tony con el ánimo de soluciones temporales o definitivas. Lo único que no ha perdido es el interés por estudiar, enfocado en su futuro profesional, aprobar los exámenes de ingreso a la Vocacional es su mayor anhelo. La pandilla de depredadores no aspira a tanto, por fortuna para él.
Por escuelas sin manifestaciones de homofobia y transfobia es la proyección de la campaña nacional en Cuba para celebrar el Día Mundial contra la Homofobia, conmemoración del orbe a la que el archipiélago se suma hace más de una década, en aras de lograr la convivencia, la tolerancia y el respeto por la heterodiversidad sexual, un parámetro, al decir de científicos expertos en el tema, es más plural que lo imaginado.
Lo cierto es que el problema, si bien se manifiesta en escuelas y centros educativos, no tiene en Cuba carácter epidémico ni llega a episodios de violencia extrema, Lo que no quiere decir que no existe, o no merece atención. Todo lo contrario.
Es necesario continuar educando a la población cubana con el ánimo de hacer a las personas más sensibles y cercanas a la condición única en la naturaleza de poder comunicar sus sentimientos y expresar ideas, así como modular la conducta según reglas sociales. Estrategia que si bien involucra a las escuelas y los maestros y profesores, es un proceso que comienza, opino, en cada uno de los hogares, donde verdaderamente se asientan las bases de la educación individual y los valores.
En el ejemplo expuesto, nada lejano de la realidad, aparece la amenaza del bulling, un fenómeno abordado en los últimos tiempos por estudiosos de la psicología, otras ciencias sociales y puesto al descubierto por la prensa como una problemática a erradicar antes de que tome demasiadas fuerzas.
Acosar, abochornar, ofender, burlarse de los y las personas de ¨diferente¨ orientación sexual en los marcos escolares no debe pasar desapercibido para el personal pedagógico, ni el de apoyo a la enseñanza. Es necesario diagnósticos tempranos con el estudio de las características psicológicas de los posibles acosadores, teniendo en cuenta además las situaciones familiares y sociales donde han crecido y el tipo de relación que establecen con sus pares o iguales.
No son los ¨diferentes¨ en sus preferencias sexuales el punto de la mira, y si quiénes los acosan y humillan. Estas dos últimas conductas, son del absoluto control de la voluntad humana, no así hacia quién va orientado nuestro gusto erótico, que se define desde la propia argamasa de la división celular de los primeros tejidos del organismos y en la que intervienen complejos mecanismos endocrinos, metabólicos, cromosómicos, sociales y culturales.