El sumergible, de unos 20 metros de eslora, fue interceptado la víspera en el municipio pontevedrés de Cangas de Morrazo, cerca de la frontera con Portugal, y dos personas fueron detenidas, según fuentes de la Guardia Civil.

Las costas en el noroeste de España son desde hace décadas utilizadas por los narcotraficantes para introducir cocaína procedente de Sudamérica, que luego se distribuye a otros países europeos.

En la nave viajaban tres personas, dos de las cuales, de nacionalidad ecuatoriana, fueron arrestadas, mientras que una tercera, al parecer de origen español, consiguió huir.

Además de la Guardia Civil, a cargo de la operación están la Policía Nacional y el Servicio de Vigilancia Aduanera, cuerpo armado de carácter policial de la Agencia Tributaria.

Aunque los investigadores hablan de unos tres mil kilogramos de cocaína, no descartan que la cifra sea superior, teniendo en cuenta la existencia de fardos en el fondo del mar, pues los tripulantes trataron de deshacerse de parte de la mercancía ilícita al ser sorprendidos.

Las autoridades ofrecerán información pormenorizada cuando se reflote el submarino y se acceda a su interior para hacer un recuento de los kilogramos de droga, al parecer de gran pureza.

Este modus operandi es más frecuente en el continente americano, donde los cárteles colombianos emplean submarinos más o menos sofisticados para llevar la droga a México, y de allí introducirla en Estados Unidos.