¿Cómo estimular el neurodesarrollo de tu bebé?

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Por Granma | 19 febrero, 2018 |
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«El sistema nervioso es el más complicado y complejo del ser humano, recibe información del interior y del exterior, y al mismo tiempo genera información, que puede ser transportada a otras partes distantes del cuerpo y transformada, almacenada y comparada», apunta a Granma el doctor en Ciencias Fernando Domínguez Dieppa, especialista de II Grado en Pediatría y Neonatología, con quien conversamos sobre el neurodesarrollo en los niños, un tema medular en la primera infancia.

Para el investigador y profesor titular y consultante del hospital ginecobstétrico Ramón González Coro, «la tarea principal de la Neurología del Desarrollo –que está fundamentada en la Neuropediatría clásica y en la Sicología infantil,  y estudia el Neurodesarrollo (ND) normal del ser humano y sus variaciones– consiste en explorar los cambios dinámicos que experimenta el sistema nervioso durante su desarrollo y maduración, con el propósito de facilitar el diagnóstico de sus alteraciones o desviaciones».

De acuerdo con el entrevistado, esta es una disciplina médica con fronteras aún no bien definidas, que posee un amplio campo de investigaciones y paulatinamente se ha ido ampliando, diversificando, enriqueciéndose y aclarando diferentes incógnitas.

«Internacionalmente se reporta entre un 8 y un 10 % de alteraciones severas del ND en los neonatos de muy bajo peso al nacer (menores de 1,5 kg). Para los padres de estos niños prematuros y los de otros recién nacidos de riesgo, los servicios de ND han resultado ser sitios donde ellos ocupan un importante lugar y pueden, al mismo tiempo, ir apaciguando la angustia que mantienen desde el nacimiento con respecto al futuro de sus hijos», subrayó el doctor Domínguez Dieppa.

En ese sentido, precisó: «para explorar la evolución del ND, los especialistas nos auxiliamos de medios netamente clínicos como el interrogatorio a los padres sobre las habilidades alcanzadas por el niño y su valoración neurológica; de algunos otros medios de diagnóstico como son los imaginológicos (ultrasonido, tomografía), estudios neurofisiológicos (de la función eléctrica cerebral y de las funciones neurosensoriales), y en algunas ocasiones, también de algunos otros medios un poco más complejos».

Según el profesor, se requiere de una vigilancia multidisciplinaria durante los primeros años de la vida para facilitar una intervención temprana frente a la detección precoz de los niños con desviaciones del ND, pues de este modo se evita la pérdida de tiempo y se mantiene el contacto periódico con el niño y su familia. «La actuación de esta será decisiva para la evolución, siempre y cuando cuente con explicaciones oportunas y con una guía para conducir al pequeño a través de las esferas del desarrollo mental, motor, sensorial y del lenguaje».

El especialista explicó que la evolución normal del ND se produce progresivamente y en el momento oportuno,  en sentido céfalo caudal, es decir, de la cabeza a los pies.

«Así el niño primero sonríe y gorjea, después sostiene bien la cabeza estando acostado boca abajo, luego gira en la cama, más adelante se sienta solo, se para, camina y después corre. El lenguaje tiene también un desarrollo progresivo, las primeras palabras aparecen entre los diez primeros meses de vida y un año.

«En nuestro idioma se utiliza frecuentemente la expresión retraso del desarrollo sicomotor como sinónimo del retraso del ND; lo cual significa que los logros en el desarrollo madurativo del niño aparecen lentamente o no satisfactoriamente a lo largo de los primeros 36 meses (los primeros mil días de la vida)».

Entre otros, se consideran signos de alerta de desviación del ND todos los siguientes:

– Movimientos involuntarios recurrentes.

– Actitudes raras repetidas.

– Evidencia de compromiso visual.

– Falta de respuesta a estímulos auditivos.

– Pobre respuesta refleja a estímulos

– Mano cerrada sobre los pulgares de modo sostenido.

– Ausencia de agarre voluntario de objetos cercanos después del cuarto mes de vida.

– Dificultad para virarse en la cama de la posición boca arriba para boca abajo y viceversa después del quinto mes de vida.

– Ausencia de silabeo (repetición de sílabas) después del octavo mes.

– Ausencia de lenguaje gestual después de 12 meses.

– No emisión de palabra alguna a los 16 meses.

– Ausencia de interés por el medio que lo rodea a cualquier edad.

– Detención del proceso de ND que iba siendo normal o pérdida de las funciones adquiridas.

– La falta de aparición de juegos simbólicos a los dos años.

ESTIMULACIÓN TEMPRANA: LA CLAVE FAMILIAR

La estimulación temprana no es más que el conjunto de acciones que proporciona al niño o niña la posibilidad de desarrollar al máximo el potencial innato que tiene para su ND. Facilita al menor adquirir las habilidades funcionales que necesita y el proceso de aprendizaje para cultivar y desarrollar su inteligencia.

Cuba tiene algunas experiencias en este campo que, además, ha extendido  a otros países. En todas las provincias hay profesionales y técnicos vinculados a esta disciplina en diversos servicios, aunque obviamente no en todas ellas el nivel alcanzado es similar, comentó el entrevistado.

«En el trabajo de estimulación suelen utilizarse juguetes, ya que es muy difícil estimular a un niño a lo largo de mucho tiempo sin contar con juguetes sencillos, pero adecuados para su edad, diseñados para los diferentes objetivos y con las condiciones indispensables para facilitar su limpieza e higiene apropiadas», sostuvo el doctor.

Sin embargo, dijo, «la estimulación temprana no consiste simplemente en aplicar mecánicamente una tabla de ejercicios de gimnasia para niños, realizados sin contar con su colaboración, trabajándolos como objetos y sin importar el estado emocional de estos.

«Es una manera muy especial de contactar con el niño y conlleva una profundización en el conocimiento de sus diferentes estados, para saber cuándo es el mejor momento de jugar con él. Es divertirnos con el niño, animarle, seguirle en los ritmos que nos marca y tener fe en sus posibilidades, pero siendo creativos e imaginativos y observando los nuevos resultados. Enseñarle a mostrar una actitud ante los juguetes y las personas, despertando todo el tiempo su interés ante los eventos de la vida en cualquier escenario donde se encuentre», precisó el entrevistado.

«Afortunadamente hay familias muy equilibradas que dan a la estimulación temprana el lugar que le corresponde, el de una verdadera acción global que mucho puede ayudar al niño y a los padres. Por eso pueden aplicar exitosamente el plan de estimulación en casa, de modo relajado, aprovechando el ambiente natural con todas las posibilidades estimulativas que este tiene», destacó Domínguez Dieppa, sobre un elemento que resulta vital: el apoyo y la comprensión familiar de la situación del bebé.

«En contraste existen algunas familias que tienen más dificultades en la comunicación con el niño y en comprender la magnitud de su problema. Ellos quieren que el plan de estimulación temprana funcione como “una varita mágica” que habrá de sacar al niño adelante. Suelen mostrarse ansiosos por recibir guías, programas y a veces hasta medicamentos».

Pero, «los padres no deben olvidar que cada niño responderá de modo diferente ante la estimulación temprana, según sus propios antecedentes y las características de su medio familiar. Deben recordar que a cada niño en la evolución de su ND solo se le debe comparar con él mismo y no con otros».

En octubre del 2018 cumplirá 30 años el servicio de Neurodesarrollo fundado en el hospital ginecobstétrico Ramón González Coro con el auspicio del Centro de Neurociencias, que tiene al doctor Fernando Domínguez Dieppa como su iniciador, y que no solo ha brindado asistencia, sino que ha sido también un sitio formador y de investigación permanente.

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