La proximidad al Día del Proletariado Mundial es una ocasión oportuna para compartir con el movimiento obrero de la histórica provincia de Granma memorias que nos llevan a afirmar que Cuba tiene el honor histórico de haber sido uno de los países que estrenó la celebración mundial del Día Internacional de los Trabajadores, el Primero de Mayo de 1890.

Volver atrás y adentrarse en la historia de esas celebraciones en la Mayor de las Antillas resulta sumamente interesante, por ello, y gracias a las “Remembranzas imborrables” publicadas en el número 21 de las revista de la Central de Trabajadores de Cuba, puedo compartir con los lectores de este órgano de prensa detalles que permiten comprobar la estirpe del pueblo cubano y el privilegio de quienes hoy tenemos las prerrogativas que nos da la Revolución y el movimiento obrero cubano.

Desde 1959 los festejos por la fecha tienen lugar en toda la geografía cubana. En tan memorable año la Plaza de la Revolución José Martí acogió a más de un millón de personas, y con la consigna ¡Unidad¡ abrió el desfile la máxima dirección del país, la del movimiento sindical y ministros del Gobierno.

El máximo Líder de la Revolución, Fidel Castro, no participó de manera directa, pues se encontraba en Argentina, en la Conferencia de los 21.

Cada celebración, a partir de se momento tuvo su relevancia histórica y la de 1961, por ejemplo, se hizo a pocos días de la proclamación del carácter socialista de la Revolución y la victoria de Playa Girón.

La de 1980, por su parte, devino Marcha del pueblo combatiente como respuesta a las incitaciones de salidas ilegales del país y a las agresivas bravatas del imperialismo, entonces, el Comandante en Jefe daba a conocer la creación de las Milicias de Tropas Territoriales.

En la celebración del Primero de Mayo del año 2000, Fidel nos legó el concepto de Revolución, que sintetiza la historia pasada, presente y más que todo futura de la nación cubana.