Unas 40 especies leñosas, distribuidas en 36 géneros y 22 familias botánicas se detectaron en el área circundante al Banco de Germoplasma y la comunidad El Congrí, del municipio granmense de Guisa, tras un estudio realizado por especialistas de la Estación Experimental de Guisa.

Los resultados fueron expuestos en el IV Congreso de Agricultura en Ecosistemas Frágiles y Degradados (Agromas), cuyas sesiones de trabajo culminaron en la tarde de hoy, en el Hotel Sierra Maestra, de Bayamo.

“La Etnobotánica se ocupa de recopilar todos los conocimientos populares sobre los vegetales y sus usos tradicionales para posteriormente, interpretar el significado cultural de tales relaciones.
Por eso es importante determinar mediante un estudio etnobotánico los usos que le atribuyen los comunitarios a las especies inventariadas”, explicó la Máster en Ciencias Magalys Arcia Chávez.

Para la ejecución del estudio el equipo de trabajo visitó la comunidad El Congrí, con el fin de determinar mediante un estudio etnobotánico los usos que le atribuyen los comunitarios a la flora leñosa circundante entre el Banco de Germoplasma y la mencionada comunidad.

La comunidad El Congrí, perteneciente al Consejo Popular Bombón, cuenta con una extensión de12.5 ha y 163 habitantes, situado a tres kilómetros y medio de la cabecera del municipio, carretera vía Pueblo Nuevo y colinda con el Banco de Germoplasma de Cedrela odorata L (cedro), perteneciente al bosque de la Estación Experimental Agro-Forestal Guisa.

A raíz de este catálogo, llevado a cabo también por el ingeniero Alain Puig Pérez y la técnica Marina Rodríguez Guerra, se constató que las plantas reportadas comprenden cuatro categorías fundamentales: medicinales, ornamentales, rituales y apícolas.

Como resultado del estudio se obtuvo una relación de 40 especies, identificadas según su hábito de crecimiento, de ellas 33 arbóreas y siete arbustivas que se clasificaron de acuerdo a los diferentes usos que la comunidad les atribuye; no se registraron las especies herbáceas por ser sometidas a tratamientos sistemáticos.

A 36 especies se les considera medicinales, cinco ornamentales, 16 de ellas son apícolas, cinco usadas en la localidad en rituales que fueron corroboradas en “Plantas Medicinales, Aromáticas o Venenosas de Cuba” del científico cubano Juan Tomás Roig (1988).

De las especies de uso medicinal solo el 25 por ciento está reportada por el Formulario Nacional de Fitofármacos y Apifármacos de 2010, siendo necesaria la validación científica para el resto de los usos de las mismas.