Se extrañan las multitudinarias acogidas que dispensaba el público al espacio de tradiciones de la plazuela de La Ollá, en el centro histórico de Bayamo.
Allí en las precedentes 24 ediciones de la Fiesta de la Cubanía el respetable colmaba las propuestas de las mañanas con los usos y costumbres venidas desde toda Granma en forma de baile danza y canto a enriquecer nuestra Fiesta grande.
También en la tarde con el espacio el Señor de la Música molida, por donde desfilaron los más relevantes o pequeños y lozanos órganos y organilleros de nuestra geografía granmense y del espacio Son con tres con los más grandes cultores del instrumento y el género de la escena nacional y local, pero todos con calidad absoluta que engrandecían las noches.
En la presente edición los habituales a la pequeña plaza ven con nostalgia que cada uno de estos escenarios y horarios cuenta con escasísimos espectadores, porque algo falló, y surgen la obligadas preguntas ¿se promocionaron debidamente las propuestas de La Olla? ¿ se intencionaron las apariciones de los divulgadores en nuestros medios radial y televisivo? ¿ la gente esperaba otra cosa y no sucedió?.
Recordemos que Cubanía no es cerveza o ron, que puede estar, por supuesto, pero no ha de concurrir razón de ser.
Si el recrudecimiento del bloqueo nos afectó esta actividad como muchas otras, hay que “jugarle cabeza” y como siempre elevar la parada en las direcciones municipal y provincial de cultura, como parte rectora y defensora de la actividad.
Un ejemplo fehaciente: entre los virtuosos que aportaron su maestría estaban Arturo Jorge y su Cuarteto tradición, que precisamente están al celebrar sus dos décadas de rica vida artística y actuaron con toda profesionalidad, con su calidad y sus aportes al nengón, ¡y al son de llano al la manera de este cultor llamado Arturo apellidado Jorge, con letras super inteligentes en una voz peculiarmente adaptadada para el género.
Pero solo lo disfrutaron un puñado de personas y los vecinos de La Ollá.
Este y otros artistas no merecen que les falte el público aun cuando ellos actúen con la misma calidad para un oyente que para miles.
Preservar eso es salvaguardar un área que tantas satisfacciones ha dado a bayameses y visitantes.
Eso es válido para todos los artistas que dan lo mejor de su arte para el pueblo.
Soy vecino de la Ollà y estoy plenamente de acuerdo con este àrticulo, se esta perdiendo la percepciòn en cuanto a darle participaciòn y explotar los talentos locales del barrio digase competencias entre niños y jovenes en distintas manifestaciones culturales esta tradiciones se realizaban antes y tambien se autorizaban las ventas de platos criollos elaborados por los vecinos del lugar. Las competencias de domino, de damas, de ajedrez, de cintas. Todo esto lo tenìa muy bièn organizado la intructura de la casa de la cultura de Bayamo cra. Deysi. Retomen esas iniciativas y veran como reverdecera esta dinamica plaza.
Blas Rubàn Cutiño
calle: T. de J. Medina No.48 e/ Màximo Gómez y Final.