La personalidad de Félix Varela y Morales, también conocido como el Padre Varela, llena de gloria la primera mitad del siglo XIX en Cuba dado en su quehacer cultural, social y político.
Su amplio pensamiento político nos da la dimensión renovadora de quién fue este hombre del que José de la Luz y Caballero expresó…”fue el primero que nos enseñó en pensar”; además de ser el iniciador en mostrar el camino para liberar el país del coloniaje español.
Varela se desempeña desde 1816 como profesor en la Cátedra de Filosofía en el Seminario de San Carlos y San Ambrosio, mientras ejerció la docencia, promovió el cambio de la sociedad, el pensamiento y las ciencias.
Propone un tipo característico de filosofía que denomina ‘filosofía ecléctica’, fundamentada en la razón y la experiencia, que son las únicas fuentes adecuadas del conocimiento.
El Padre Varela da una categoría primordial a los métodos de aprendizaje y utiliza sistemas innovadores para su época, queriendo que sus alumnos aprendan con la cabeza y no repitiendo de memoria lo que se les enseñaba.
Con respecto a esto manifestaba… “Aprender de memoria es el mayor de los absurdos, pues si falla la memoria falla todo lo estudiado, por ello la constancia en el estudio consolida los conocimientos.”
Su filosofía tenía una base eminentemente independentista, promovía el amor a la patria y a la humanidad. Abrió los caminos al desarrollo de una ciencia cubana tanto social como natural. Hace que sus alumnos reflexionen sobre la importancia de la unidad en la sociedad, enseña a preferir el bien común, así promueve sentimientos de patriotismo.
Combatió la esclavitud, defendió la independencia de América y desde su periódico El Habanero fundado en Filadelfia divulga la idea de que Cuba debía ser libre e independiente de cualquier potencia, fue un firme defensor del pueblo y sus derechos, sus ideas políticas estaban enmarcadas en el reformismo liberal y su filosofía estaba llena del racionalismo sensualista por lo que se declara partidario de la ideología.
Siendo muy joven se dedica a la educación por considerar que es la vía más adecuada para formar al hombre inteligente y capaz. De ahí que se dedicó a enseñar a sus alumnos y esto se convirtió en la ley esencial de su labor pedagógica.
Tuvo una clara visión de la diferencia que debía existir entre la enseñanza elemental y la secundaria, en esta última introdujo la enseñanza de las ciencias naturales, el desarrollo de habilidades intelectuales. Reflexionaba que a la juventud había que prestarle especial atención por parte de maestros y familiares por ser esta una edad peligrosa.
Introdujo el método explicativo en la Secundaria Básica, inicia el estudio de la naturaleza mediante la observación, la experimentación y los conocimientos empíricos, despliega la expresión del pensamiento, logra la aplicación de los conocimientos teóricos en la práctica.
También desarrolló una intensa actividad religiosa, fundó varias iglesias y un periódico literario-religioso, así como un asilo para niños huérfanos y la primera Sociedad Filarmónica de La Habana.
Fue además Vicario general de Nueva York y recibió el título de Doctor de la Facultad de Teología del Seminario de Santa Maria de Baltimore.
Este insigne patriota considerado el primer cubano intelectual que puso su talento y su pluma al servicio de la independencia de su país murió el 25 de febrero de 1853. Sus restos descansan hoy en el Aula Magna de la Universidad de La Habana.