Fernández Seoane toma el pulso a las artes plásticas contemporáneas de Cuba.

El arte cubano se está vertiendo de forma muy heterogénea,  asegura el crítico y curador, Fernández Seoane.
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Por Anaisis Hidalgo Rodríguez | 13 septiembre, 2015 |
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FOTO Luis Carlos Palacios Leyva
FOTO Luis Carlos Palacios Leyva

El profesor Antonio Fernández Soane no es partidario de encasillar tendencias, movimientos, géneros ni expresiones.  Aunque en su aula como docente reconoce que es necesario dar un orden a las cosas y  “por tanto no podemos negar la historia, porque ella misma se ha encargado de hablar de movimientos y tendencias artísticas”.

Bajo ese precepto, accedió a dialogar sobre el estado del dibujo y el grabado cubano a raíz del XXIX Salón provincial de artes plásticas y diseño, que tiene lugar en Bayamo, Granma.

Limitaciones de uno y otro género, así como potencialidades del arte cubano contemporáneo fueron emitidas por este aguzado crítico.

“El dibujo es como el diseño. Es la base elemental de cualquier obra, de una escultura, una instalación, un grabado. Es decir, está el artista que está diseñando a partir de una línea, por tanto dibujo y diseño se engarzan, amén de que ellas como expresiones artísticas tengan su propio per se, es decir, es el dibujo autónomo, el dibujo por el dibujo y es el diseño por el diseño; el diseño en sus múltiples variantes.

“Ha costado mucho trabajo que el dibujo adquiera su propio perfil, su propio perse. Es muy raro encontrar una exhibición, una muestra personal, o colectiva, incluso, que se convoque a un salón, donde esté el dibujo.

“Se acaba de inaugurar la tercera edición del evento Post-it, del Fondo cubano de bienes culturales. Las cuatro galerías capitalinas, están inmersas en esta expoventa de arte cubano contemporáneo. Es llamativo que cuando empiezas a inspeccionar las 46 obras emitidas, el dibujo perse no está. Yo temo mucho de que se vaya rezagando, y que quede en el olvido.

“Por otro lado se acaba de celebrar el Salón nacional de paisaje, de la galería La acacia, donde conviven el paisaje tradicional, ese rural, o del entorno citadino con la más amplia renovación o las intenciones más conceptualistas incluso. Pero ¿qué temo yo? Que hay un sub género del género paisaje que se nos está yendo de la mano, y se nos está quedando en el olvido y que no aparece por ninguna parte: el paisaje marino, siendo nosotros una isla.

“Yo pregunto, ¿por qué? ¿Es que el mercado de arte no valora el dibujo? ¿Es que no valora la marina? Yo pienso que sí, lo que pasa es que es difícil hacer un dibujo per se. Para eso tú tienes que dominar la técnica”, acotó Fernández Seoane, máxima voz de Teoría y Crítica de la Sección de Plástica, de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac).

“Nosotros tenemos excelentes dibujantes, por ejemplo, Roberto Fabelo que ha sido el único cubano que ha ganado un premio en la Bienal de Dibujo, Cleveland, Inglaterra; esas son las cosas que debemos rescatar.

“Cuando miras la obra de Fabelo, o de un Tomás Sánchez, de las primeras generaciones de la Escuela nacional de arte, aprecias una base muy sólida del dibujo, independientemente de que lo han llevado al rango del perse que hablo.”

Respecto al diseño, precisó: “Todavía falta porque gane su propio terreno, independientemente de que este pueda penetrar en la moda, la decoración de interiores, el diseño de paisaje que es la jardinería y que me parecen súper importantes.”

Destaca cómo la misma historia que trató de encasillar todas estas cuestiones, no consideró nunca ni al dibujo ni al diseño, como artes mayores, como lo hiciera con la arquitectura, la escultura y la pintura. El grabado y la fotografía, fueron expresiones degeneradas.

“Que se esté considerando al grabado, como un arte menor, me parece injusto. El grabado cubano ha ganado su terreno. Tuvimos, aunque pienso que aún la tenemos, en el sentido de cuanto nos legó, obras magníficas en el grabado como las que dejó en su corta vida, la genial artista cubana Belkis Ayon, y hay toda una serie de exponentes.

“Podríamos seguir encasillando y caracterizando cosas, pero en Cuba, para suerte nuestra, existe una diversidad, una posición, un enfoque muy heterogéneo y muy plural en cuanto a la ideo estética de la plástica.

“En las ultimas tres décadas, se movió en tres tendencias fundamentales: es decir, lo sociológico -crítico, lo vernáculo- kitsch y lo antropológico; el ser humano como tal, o el neo historicismo, eso de traer la historia y aportarle nuevas coloraciones desde el punto de vista de la edad que se viva, ya como que se ha empezado a entremezclar.

“Casi todas las obras actuales de Cuba, sobre todo de los jóvenes, tienen ese espíritu crítico sociológico, un espíritu conceptual renovado, donde lo principal es la idea, no la forma. A mí me parece genial. Y no se trata de un conceptualismo trasnochado, sino de un conceptualismo renovado.

“Es importante que en un territorio determinado como puede ser Granma, con una historia riquísima, en la que los municipios de Bayamo, Manzanillo, Bartolomé Masó, Guisa y cuantos conforman el estadío territorial de la provincia, refleje esa diversidad y esa pluralidad, incluso asunciones desde un punto de vista de un mínimal, o de un conceptualismo.

“Estas 14 obras (refiere a las que concursan como parte del XXIX Salón provincial de artes plásticas y diseño, en Bayamo) abren un abanico de representatividad de lo que puede está pasando incluso en la isla.

“Constituyen un termómetro del arte cubano, que hoy, se está vertiendo de una forma muy plural, muy heterogénea, y a mí me parece que en eso, radica la principal riqueza que tiene. Esa es la suerte de nuestro arte actual contemporáneo”, sentenció Fernández Seoane.

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