Fidel, el Científico Mayor

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Por María Valerino San Pedro | 13 agosto, 2021 |
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El Comandante en Jefe en el Centro de Inmunoensayo. Foto Cortesía de Jorge berlanga.

Cuando hace 95 años, un 13 de agosto, nació Fidel Castro Ruz, el mundo ganaba no solo un líder, sino un hombre excepcional, de pensamiento preclaro y visión amplísima, que traía en su corazón y en todas sus fibras los más elevados conceptos de justicia social y solidaridad humana.

Su presencia física dejó de estar entre nosotros, pero su legado permanece intacto en cada obra de la Revolución cubana, en cada institución o empresa, en cada empeño propuesto por mayor que este sea, y sobre todo en su pueblo.

Por todo ello, al recordar el 13 de agosto de 2020 el aniversario 94 del natalicio del Líder Histórico de la Revolución, Miguel Díaz-Canel Bermúdez Presidente de los consejos de Estado y de Ministros y Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba, subrayó: “nuestras convicciones de resistencia y de victoria, que son las ideas que hemos asumido como principio a partir de las enseñanzas de Fidel, han estado muy presentes en la manera de actuar de estos meses de enfrentamiento a la pandemia”.

El Mandatario cubano también aseveró en otro contexto que “los resultados logrados por Cuba en el enfrentamiento a la epidemia de la Covid-19 son la confirmación del gigantesco legado que forjó y nos dejó el Comandante en Jefe, todos participando y unidos, como nos enseñó, con esa premisa de la unidad y con extrema disciplina, en el menor tiempo posible estamos en condiciones de recuperarnos y continuar avanzando”.

FRUCTIFERA FAENA

De acuerdo con una publicación de Cubadebate, en su capacidad visionaria Fidel sabía que el futuro de Cuba tenía que ser necesariamente de hombres de ciencia, por ello fue noticia que en 1981 Cuba emprendiera el desarrollo de la industria de la Biotecnología, cuando no había similares en la región, ni siquiera en Europa, aunque sí en Estados Unidos, pues en 1976 se creó en California la primera empresa Biotecnológica del mundo, la Genetic Engineering Tech, Inc.

El Doctor Jorge Berlanga Acosta, investigador, jefe de proyectos del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), miembro del Consejo de Estado de la República de Cuba, dijo en exclusiva a este órgano de prensa: “Fidel es nuestro científico mayor. Su fructífera faena por fomentar un sólido núcleo de ciencia y de científicos en Cuba se inicia tan temprano como al año y una semana de su entrada a La Habana, ¿increíble verdad? Aquel 15 de enero surgió su lapidaria expresión … el futuro de nuestra patria tiene que ser…. sin proponérselo como otras tantas veces Fidel hizo memorable este pensamiento y convirtió esa fecha en el Día de la ciencia en Cuba. Quizás pueda parecer asombroso pero ese gigantesco hombre incursionó en casi todas las ramas de la ciencia y del saber en general, creó una red de universidades que garantizaran el sostenimiento académico del país, un programa de medicina comunitaria, institutos de investigación… en fin… es muy posible que un cubano de otro tiempo que no haya coexistido con su obra, conciba tanta y tan versátil magnificencia. “No vacilo en asegurar que hoy, -enfatiza el Doctor Jorge Berlanga- en cada niño o adulto que se salva en una de nuestras Unidades de Cuidados Intensivos, o quien reciba una dosis de un interferón, un anticuerpo monoclonal, o simplemente quien ponga el hombro a la pujante Abdala, es parte de la consumación y la continuidad de su obra.

“¿Conciben un Jefe de Estado de cualquier país del orbe visitando un cardiocentro en 48 ocasiones o un centro creador de vacunas en más de 300 en un año?, Él lo hizo. “Con tremenda satisfacción y orgullo puedo decir que todos sentimos su presencia en el teatro del CIGB cuando ante el Presidente Díaz -Canel nuestra directora informaba sobre el 92.28 por ciento de eficacia del inmunógeno Abdala.

“Esa es su obra, en manos de jóvenes empeñados, talentosos, comprometidos, estudiosos y que no le regatean horas al trabajo cuando de su esfuerzo depende la salvación de una vida; esa precisamente fue una de sus ordenanzas el 1ro de julio de 1986 cuando inauguraba el CIGB. Ese es Fidel, el mismo Fidel de visionarias ideas que como Primer Ministro de la República de Cuba, creó de manera simultánea en el año 1966, ocho emblemáticos institutos de investigaciones médicas: el de Oncología y radiología, el de Nefrología, el de Angiología, el de Neurología y Neurocirugía, el de Gastroenterología, el de Cardiología y Cirugía Cardiovascular, el de Endocrinología y el de Hematología.

Para acentuar la valía que siempre ese hombre irrepetible le dio a la ciencia, Berlanga rememora que el 28 de febrero de 2015 los Cinco Héroes, ya en el país, visitan a Fidel, y al Ramón Labañino preguntarle qué hacer ya asentados de nuevo en la Patria por la que dieron mucho de lo más valioso de sus vidas, recibieron como respuesta “sean científicos”.

ANTE LA ASFIXIA MAS CENTROS CIENTIFICOS

Fidel en franco intercambio con el colectivo del Centro nacional de Investigaciones Científicas, sitio que visitaba varias veces al año, no obstante su apretada agenda de trabajo. Foto Cortesía de Jorge Berlanga.

En 1962 Castro Ruz asegura que la Revolución arremete contra las enfermedades y se dispone a salvar miles de vidas previniendo a través de la vacunación, como vía para, según afirma ir pasando de la medicina terapéutica a la preventiva.

Un importante acontecimiento en la historia de la Biotecnología cubana fue la creación, el primero de julio de 1965 del Centro Nacional de Investigaciones Científicas, en el transcurso de los años le sucederían otros igualmente respetables.

Cuba estaba bloqueada y hostigada por Estados Unidos, pero el Gobierno, con su Máximo Líder al frente invirtió cuantiosos recursos materiales y humanos para la creación del CIGB, en cuyo acto de apertura expresó:

“El centro es grande, pero yo espero que sean grandes también los resultados científicos que se obtengan”.

Enemigos de Cuba celebraban de antemano la asfixia de nuestro pueblo, y entonces Fidel hizo lo inimaginable, creó más centros científicos, los biotecnológicos de Camagüey y Sancti Spíritus y el de Inmunología Molecular.

En 1993, en pleno período especial testificó:

“La ciencia y las producciones de la ciencia, deben ocupar algún día el primer lugar en la economía nacional, que partiendo de los escasos recursos, sobre todo de los recursos energéticos que tenemos en nuestro país, tenemos que desarrollar las producciones de la inteligencia, y ese es nuestro lugar en el mundo, no habrá otros (…)”.

Su confianza en la ciencia y en los científicos cubanos se vio coronada por el regalo de numerosísimas alegrías como el Heberprot-P, promotor de la cicatrización de la úlcera del pie diabético; y la estreptoquinasa recombinante cubana, que contribuye a restablecer el flujo sanguíneo en pacientes con infarto del miocardio y previene la necrosis isquémica del corazón.

También la vacuna contra la infección por el virus de la Hepatitis B, capaz de reducir la evolución de dicha patología a los estados agudos y crónicos, la Cirrosis hepática y el Hepatocarcinoma primario; la vacuna pentavalente líquida contra cinco enfermedades; el Heberferón, una combinación de interferón –alfa 2b y gamma recombinante, actualmente incluido en el protocolo de tratamiento de la Covid-19; y la vacuna Abdala, y los candidatos vacunales Soberanas 01, 02 y Plus, y Mambisa, esenciales en el enfrentamiento a la pandemia.

PASION ENCARNAZADA

De nuestro Líder histórico dijo el escritor colombiano Gabriel García Márquez: “No hay un proyecto colosal o milimétrico, en el que no se empeñe con una pasión encarnizada (…) Esa facultad de vislumbrar la evolución de un hecho hasta sus consecuencias remotas (…) Este es el Fidel Castro que creo conocer: un hombre de ilusiones insaciables, incapaz de concebir ninguna idea que no sea descomunal (…) Sueña con que sus científicos descubran la medicina final contra el

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