Treinta y cinco de existencia cumple hoy el campamento de pioneros exploradores Ramón Paz Borroto, enclavado en Santo Domingo, lugar de la Sierra Maestra perteneciente al municipio de Bartolomé Masó, en la provincia de Granma, oriente de Cuba.
La instalación fue inaugurada por el Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, el domingo 19 de julio de 1981 durante el acto central por el Día de los Niños ese año en la isla caribeña.
En aquella ocasión el Líder Histórico de la Revolución cubana resaltó: “con la colaboración de todos y con un mínimo de recursos se ha creado este magnífico centro, cuya primera etapa inauguramos hoy, ya con su museo histórico, en una modesta casa, su plazoleta “José Martí”, su museo natural, sus albergues, su cocina comedor y sus diversas instalaciones …”
Añadió que por las actividades en el medio natural cuya realización permiten las instalaciones mencionadas, estas contribuyen a la formación de las nuevas generaciones.
“Si queremos –puntualizó- estar preparados para la vida, si queremos estar preparados para todo, para enfrentar cualquier situación apretada, difícil, para enfrentar dificultades, para arreglárnoslas en cualquier situación, no hay nada que nos pueda ayudar tanto y enseñar tanto como los centros de exploradores de pioneros.”
Concluido el acto, el líder cubano se dirigió a Bayamo, la capital de Granma, y visitó el hospital infantil General Luis Ángel Milanés Tamayo, instalación en la que se encontraban hospitalizados varios niños aquejados de dengue hemorrágico, epidemia introducida en Cuba por agentes terroristas radicados en Estados Unidos de Norteamérica, que causó más de un centenar de víctimas.
También visitó en dicha ciudad el hospital provisional montado en un politécnico de la salud, para ingresar a las personas adultas con la referida enfermedad.
En ambas instalaciones hospitalarias se interesó por el estado de los pacientes, dialogó con ellos y sus familiares, médicos y enfermeras.
También enunció el proyecto de creación de salas de cuidados intensivos en todos los hospitales pediátricos, propósito hecho realidad poco tiempo después, que ha contribuido a salvar miles de vidas de infantes.
