Fidel nunca se poncha

Share Button
Por Agencia Cubana de Noticias (ACN) | 22 junio, 2016 |
0

Fidel CastroEl periodista y escritor Osvaldo Rojas Garay explica a la ACN que, parafraseando las palabras de Hugo Chávez, se tomó la licencia periodística para titular su libro Fidel nunca se poncha y pensó que sería una forma adecuada  para rendir homenaje al líder de la Revolución en su 90 cumpleaños. 

La obra consta de más de 200 páginas y 31 fotos de diferentes autores, muchas de ellas poco conocidas, y en la portada la famosa imagen del líder de la Revolución cubana con su traje verde olivo y bate en manos durante la inauguración de una serie nacional de béisbol en el estadio Latinoamericano repleto de público.

El libro, a cargo de la editorial Capiro, de Villa Clara, está en su fase final para su impresión en el poligráfico Enrique Núñez Rodríguez, de esta central provincia, con el propósito de tenerlo listo para el honomástico del pelotero mayor.

Argumenta Rojas Garay que cuando se celebró en Venezuela la segunda edición de los Juegos del ALBA en el año 2007, el líder bolivariano Hugo Chávez organizó un encuentro de béisbol y hablando con los peloteros en forma de broma dijo: se acuerdan del ponche que  le propiné a Fidel en Barquisimeto y enseguida rectificó diciendo: bueno, en realidad Fidel no se poncha nunca.

Al escuchar aquella expresión de Hugo Chávez  me dije, caramba por qué no hacer un libro de nuestro líder y el béisbol, pues desde niño siempre me gustó seguir la pelota y fui un admirador de la personalidad de Fidel, quien no obstante las múltiples ocupaciones, buscaba el tiempo para ir a los estadios y hablar con los peloteros.

Desde muy pequeño,  junto a mi hermano que coleccionaba publicaciones de música, me dediqué a recopilar datos y fotos de los deportes y en especial de la pelota, que me han servido  en la profesión y los conservo a través de los años.

Recuerdo las primeras décadas de la Revolución, que él iba con sistematicidad a los estadios, a los grandes torneos, a la inauguración de las series nacionales, recibía a las delegaciones deportivas y sus encuentros con los peloteros.

Aclara que eso le ayudó al contacto con las fuentes para entrevistar a los atletas y directivos, además de su amistad con muchas figuras del béisbol.

Por ejemplo, en las entrevistas con el Gigante del Escambray, Antonio Muñoz, le relató sus conversaciones con Fidel,  y  aparecen anécdotas con Modesto Verdura, Juan Pérez Pérez,  Lázaro Pérez,  Enriquito Díaz, Silvio Montejo, Edwin Walter, Isidro Borrego , y muchos otros, es decir una cantidad de figuras que fue entrevistando en su trabajo reporteril, que les sirvieron para escribir este libro.

Luego me di a la tarea de revisar la prensa de la época, libros como Fidel y la Religión, Cien horas con Fidel, y muchas otras intervenciones en las que abordó el tema del béisbol, significó.

Está el capítulo dedicado al equipo de los barbudos contra el conjunto de la Policía Nacional Revolucionaria, el 24 de julio de 1959, en que el líder  de la Revolución y Camilo jugarían en novenas contrarias,  y después se apareció el Héroe de Yaguajay con el mismo traje de los rebeldes y manifestó que él no estaba contra Fidel ni en la pelota, subraya.

Aquella expresión era una muestra de la hermandad que siempre existió entre ellos, como el ocho de enero de 1959 cuando Fidel le dijo ¿Voy bien Camilo?.

Hay una parte en la que aparece Robert Smith, quien era presidente de la Asociación Internacional de Béisbol, y en un encuentro con Fidel, éste desborda su pasión por esa afición y comentó que cuando era joven  un scout lo estuvo observando, pero sus inquietudes lo llevaron por el rumbo de la  política.

Smith expresó que “quizás el béisbol perdió un buen pitcher, pero su pueblo ganó un gran conductor”, así se titula el capítulo. Me pareció importante aquella frase dicha por un estadounidense en aquella época, expresa Rojas Garay.

Hay otro capítulo que está dedicado a los primeros años de la Revolución, de 1959 a 1962, cuando comienzan las Series Nacionales y se relata  la participación del líder en varios encuentros,  jugando contra el equipo del hospital Psiquiátrico, que tenía magníficos jugadores, expresa.

Fidel estuvo en la decisión de la denominada pequeña Serie Mundial,  en octubre de 1959, pocos días antes de la desaparición de Camilo, quien también asistió. Participó el equipo de los cubanos reyes del azúcar conocidos como los Cuban Sugar King, y se llevaron el triunfo.

Entonces, había el sueño de tener un equipo cubano en las Grandes Ligas-  y existía el lema de Un pasito más y llegamos, refiere el autor.

También está en el libro la rememoración de cuando el jefe de la Revolución el 13 de agosto de 1961 cumplió 35 años de edad y asistió a la inauguración del Campeonato Mundial  Juvenil, efectuado en La Habana . Su participación en todos los eventos importantes de esa época se recogen en ese capítulo.

Hay una parte titulada Fidel desde la lomita, y varios de los juegos en los que actuó como serpentinero, además se recuerda la apreciación de un manager canadiense que estuvo aquí al frente de un equipo juvenil , quien definió al líder revolucionario como un probable lanzador.

Después viene su presencia en los estadios a partir de 1962, cuando se inaugura la primera serie nacional,  el 14 de enero de l962,  en el Latinoamericano. Allí se dio algo curioso. Cada director llevó un implemento distinto :  bate, guante, pelota , mascota para que escogiera la forma en que iba a inaugurar la serie, y Fidel escogió el madero y bateó la primera bola.

Hay otra parte sobre los grandes recibimiento a los campeones, mensajes de aliento, como fue su conversación con Juan Padilla, después que perdió un ojo, su preocupación por la salud de atletas con lesiones, también el que se dedica a las reflexiones del líder sobre el béisbol cubano.

El autor emplea un lenguaje ameno que engarza al lector desde el comienzo, sin calificativos apologéticos, y respeta las opiniones de los entrevistados, utiliza datos estadísticos y muchas de las curiosidades a las que nos tiene acostumbrado en sus escritos.

Con anterioridad Osvaldo Rojas Garay publicó el libro Casos y cosas de la pelota y Gigante del Escambray, sobre el destacado pelotero que fue Antonio Múñoz. Periodista de oficio y coleccionador de hechos inusuales, es considerado por muchos, una de las más fidedignas fuentes de información sobre el béisbol en la Isla.

A través del líder de la Revolución se narra la historia de ese deporte en Cuba, en una época en que la pelota constituía una fiesta y complemento en la vida de los cubanos,  frente a los televisores, ante los radios, ya fuera en las casas o en los campamentos cañeros u otras actividades laborales.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *