Florece “La Esperanza”

Share Button
Por Roberto Mesa Matos | 22 abril, 2016 |
0

imagesMANZANILLO.- La Esperanza florece cada mañana con el lozanía que enama del esfuerzo que la hace producir en la zona de Palmas Altas, comunidad rural del municipio de Manzanillo.Es la finca de la familia Tejeda Guzmán, sitio donde aquello de que “uno para todos, y todos para uno” traspasa la mera afirmación y se convierte en realidad al brindar frutos en los programas de leche vacuna, porcino, avícola y hortalizas.

Ramón Tejeda Jorge, líder de las tierras, nos comenta que el empeño crece por la voluntad colectiva y que las ganancias aumentan sin vender muy caro al pueblo y la cooperación con instituciones sociales de la comunidad.

“En menos de dos meses vencimos siete canteros de lechugas frescas a un precio muy por debajo del costo en los establecimientos para ese fin. Poseemos parcelas de zanahoria, cebollinos, y aprovechamos el pepino, del que hemos cosechado diez quintales en una semana.”

13059470_10206031881693323_2062348039_n

Jorge Tejeda comenta que muy pronto esperan, con el apoyo de la ANAP y la delegación de la agricultura, instalar otra casa de cultivos semiprotegidos en media hectárea de tierra y un biodigestor para el autoabastecimiento  energético.

En una nave aumentan de peso 30 cerdos que en plan de ceba deben frisar las 20 toneladas de carne al cerrar el año, se estabula una vaca que diario ofrece siete litros de leche, y más de un centenar de aves, cuyas posturas comercializan en la placita de la zona.

Noelvis-Guzmán-Milanés-usufructuariaNoelvis Guzmán Milanés, esposa de Ramón, es quien se encarga de atender los gallos y las gallinas, junto a otras compañeras.

Esta joven y emprendedora mujer detalla el proceso con esos animales, que alcanzan de cuatro a cinco libras y venden a través de la cooperativa.

“Principalmente al pollo de ceba hay que dedicarle tiempo para lavarle bien los bebederos y evitar así que se enfermen y los primeros quince días de vida alimentarlos con la cantidad de pienso adecuada.”

“Garantizamos parte de la comida de la casa y además se benefician los vecinos con la carne y los huevos.”

La Esperanza florece cada mañana con el esfuerzo que brota de la voluntad de los encargados de hacerla producir.

En Palmas Altas, la familia Tejeda Guzmán demuestra a diario que el nombre de su finca, más que ilusiones, es realidad cotidiana por el bien colectivo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *