Como millones de personas en todo el mundo, a Frank Cordiés Castillo no le queda otra alternativa: continuar aislado en su casa ante el peligro por el nuevo Coronavirus (COVID-19), que ya ha cobrado miles de vidas humanas.
Él es uno de los tantos cubanos que se ha visto obligado a pasar la cuarentena fuera de su país, al mantenerse vinculado al club Alarcos Ciudad Real, perteneciente a la División Honor de plata, del balonmano en España.
Ni la nostalgia por estar lejos de los suyos, ni la distancia que lo separa de su patria, impiden al talentoso bayamés seguir las indicaciones para estar a salvo de la pandemia; mientras comparte vivienda con un argentino compañero de equipo y su novia, en Ciudad Real.
Desde esa urbe española, comentó vía Facebook, que allí la situación es complicada, “pero estoy tomando extremas medidas, empezando por no salir de la casa, al menos que necesite ir a la farmacia o comprar algo de comida”, precisó.
“Por lo demás, todo está bien y no ha habido problemas”, agregó Cordiés Castillo, a sabiendas de que la situación podría extenderse mucho tiempo.
De hecho, le resulta imposible no sentirse ocioso ante tanto encerramiento, además de permanecer alejado del tabloncillo, hace alrededor de tres semanas y sin saber hasta cuándo, “pero debo cuidarme”, acotó el espigado atleta, que apenas cumplirá 20 años, el próximo 3 de junio.
Aún así, siente un alivio al mantener comunicación con su familia del reparto Antonio Guiteras, “con ellos hablo a menudo”, añadió el balonmanista, que se inició en el deporte a los 10 años con el entrenador Daniel Galafet, en la hoy Escuela comunitaria Vicente Quesada, y a los 12 fue promovido a la Eide Pedro Batista Fonseca.
Cordiés Castillo, quien se desempeña como lateral izquierdo y acumula 15 goles en 16 encuentros en la actual temporada, regresó el 2019 a la referida nación europea y después de varios juegos de confrontación, debutó el 29 de octubre, durante la quinta jornada del certamen.
Entretanto, su elenco suma 24 unidades (10 victorias, cuatro empates y seis derrotas), para ubicarse en octava posición entre 16 selecciones, luego de detenerse el certamen, el 7 de marzo último.
Lejos de su Bayamo, agradece la posibilidad de jugar en el Viejo continente, que le permite seguir creciendo como persona y como atleta; mientras, en el obligado receso que asume, no descuida ni un detalle por el bien de su futuro.