MANZANILLO.- Resulta increíble que los caprichos del destino vencieran a la vitalidad, la bondad, a los deseos de hacer y los sueños agolpados en un corazón de ternura que la mañana de este viernes detuvo sus latidos de vida.
Gladis León Ramírez murió y su deceso deja un vacío irrecuperable para quienes tuvimos el placer, y privilegio, de acercarnos a una mujer que hizo de la dedicación al trabajo, del amor a los semejantes y la sensibilidad artística razones y compromisos permanentes.
Desde muy joven, Gladis se incorporó al movimiento cultural manzanillero especialmente a la formación de las bandas pioneriles de música, jurado de los carnavales infantiles y productora del Paseo de la Juventud.
Y era precisamente esta cualidad la que irradiaba cada vez que nos cruzábamos por las calles de la ciudad o en alguna institución cultural, acompañada por una sonrisa limpia y sana que la oxigenaba a ella y compartía con familiares y amigos.
Las niñas y los niños fueron su pasión de los últimos diez años. Porque creía en la utilidad de la virtud, en el mejoramiento humano, y la esperanza de la vida, Gladis León Ramírez fue el alma de “La Edad de Oro”, proyecto danzario infantil que cultivó el talento y esparció por varios escenarios la belleza del ballet.
Fue tanta la entrega de la promotora natural y sus pequeños que juntos merecieron el Premio Provincial de Cultura Comunitaria, galardón que enorgulleció a todos.
Un acróstico de su nombre la dibuja a cabalidad:
Genial,
Laboriosa,
Amable,
Dedicada,
Incansable y,
Sabichosa,
Así era Gladis León Ramírez, mujer fiel y apasionada de la cultura que hoy desde la brillantez de la ternura en una estrella del firmamento sonríe y nos hace un guiño por la vida.
Lamento mucho la desaparición física de una excelente persona que siempre creyó en el mejoramiento del ser humano, la conocí y nuestros proyectos intercambiaron actuaciones. es una perdida sensible para la cultura comunitaria y el trabajo con los niños.